Un moderno sismógrafo, similar al que se usa en varios colegios de Estados Unidos, fue implementado en la Escuela Héctor Carrasco, de Quidico, en la comuna de Tirúa. La iniciativa, que surgió gracias a una gestión del Departamento de Geofísica de la Universidad de Chile, contó con el apoyo de la Municipalidad de Tirúa; el MINEDUC, a través de la Dirección Provincial de Educación; y el propio establecimiento educacional beneficiado, mediante su director, Emilio Quintana.
Como señaló el académico Jaime Campos, director de Geofísica de la Universidad de Chile, únicamente en Aysén existe un instrumento de similares características, destinado a que los alumnos se vayan familiarizando desde temprana edad en el manejo y lectura de los sismógrafos. “Es una manera práctica de aprender y decidimos instalarlo en Tirúa por la naturaleza especial del territorio. No olvidemos que acá se registraron las olas más altas de Chile durante el último terremoto y tsunami de 2010, pues alcanzaron los 30 metros. Sin embargo, por otra parte, la gente mostró una gran capacidad de reacción ante el movimiento telúrico y enorme resiliencia después del movimiento sísmico”, agregó.
El alcalde Adolfo Millabur indicó que para la comuna era un orgullo contar con la colaboración de profesionales de la Universidad de Chile, pues, entre otras cosas, significa un incentivo para que los alumnos puedan aspirar en el futuro a seguir estudios superiores en instituciones como esta universidad, que posee gran prestigio. Al mismo tiempo, instó a los profesores de la escuela que se capacitaron en el manejo del sismógrafo, a transmitir de manera entusiasta sus conocimientos a los estudiantes.
El director provincial de Educación de Arauco, Óscar Cabrera, en tanto, recalcó que esta actividad debe servir como modelo para que se pueda replicar en otras comunas costeras, que sufrieron un gran impacto con el terremoto de 2010. “Yo quiero agradecer a la Universidad de Chile por el gesto que han tenido, pues muchas veces criticamos a las grandes casas de estudio, al decir que no se involucran con los territorios”, señaló. Cabrera añadió que articulará un trabajo con los directores de los Departamentos de Educación de la provincia para que Tirúa sirva como ejemplo y otros jóvenes de distintas comunas puedan acceder a esta tecnología, que permite conocer de mejor forma lo que ocurre cuando hay temblores o terremotos.
En la ocasión, además, y con la presencia de los concejales José Isaías Castro y Jorge Lincopi, se inauguró una moderna sala de computación en el establecimiento y se descubrió una pequeña placa en la entrada de la sala de profesores, que llevará el nombre de Sofía Licanleo Ñancupil, docente fallecida el año pasado mientras hacía clases en la escuela de Quidico.
El alcalde Millabur también aprovechó de saludar a algunos alumnos que estaban asistiendo a su clase de mapudungun, asignatura que ha impulsado decididamente la actual administración.
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