Hace un par de días se envió al congreso el proyecto que busca dar Gratuidad a los estudiantes de la educación superior, proyecto que se despachó muy distinto a como se inició, víctima de la improvisación y de la terquedad gubernamental, hijo de la ideología anticuada y ciega que fomenta el bloque oficialista, un modelo educativo por el cual se van educar nuestros pares, nuestros hijos y nietos, esa es la relevancia de todo esto.
Tal como la piedra filosofal, uno de los objetos más buscados durante la edad media, debido a que se le atribuía distintas facultades entre la más famosa la de conceder la vida eterna y que por lo demás nunca fue encontrada, pero que siempre permaneció la intención de hacerse con ella, esta misma búsqueda incesante la ha llevado a cabo la clase media de nuestro país, viéndose siempre desprotegida de toda política pública, principalmente en materia de educación; una clase media que si bien es cierto ha crecido en ingresos durante los últimos años, ese crecimiento no se vincula con una preponderancia a la hora de poner en práctica distintos proyectos que supuestamente debería beneficiarlos.
En un país tan centralista como el nuestro este déficit se manifiesta de forma abismante, en salud, vivienda, seguridad social y por cierto educación. En regiones la oferta educacional es espeluznantemente más baja que en Santiago, por eso que cuando se propone por parte del oficialismo suprimir "pacíficamente" los colegios Subvencionados-Particulares, las personas que tienen a sus hijos en estos establecimientos, porque ellos los han elegido, porque creen en el proyecto educativo del mismo o porque saben que hay buenos profesores (que son el 90% de la calidad de una institución educacional) quedan "atados de manos" siendo meros espectadores, quedándose en la banca, cuando ellos deben ser los Titulares, los protagonistas, pero no se les ha consultado y peor aún no se le ha escuchado.
Toda la discusión recae en cuanto a que instituciones accederán a la gratuidad, debiendo ser el norte "Quienes lo harán" enfocándose en los estudiantes, sin discriminar por la naturaleza jurídica de un establecimiento, ello sin perjuicio de los criterios lógicos que se deben observar como la acreditación y que no lucre (pero esta prohibición ya existe), esto es sin duda un afán ideológico más que garantizar el bien común de nuestro país, ¿Por qué no empezar por donde comienza la desigualdad en el sistema educativo? Es decir por la educación preescolar o ¿Mejorar la cancha en las escuelas, liceos y colegios dónde aún se puede hacer algo?, claro porque los resultados no se verían de inmediato y vende más “regalar” que fortificar realmente un sistema a largo plazo.
Un gobierno Sordo, ciego pero de mudo nada, no para los monólogos pero si es una obra completa cae en discusiones de protagonismo y peleas de ego. Lo peor de todo es que siguen creyendo ciegamente que es la mejor del mundo y por ello cobran millones, cuando en realidad sus actores no están hechos para el papel, su línea temporal está desfasada y ciertamente el libreto está mal hecho, yo mandaría a la directora de la obra al sur de Chile, para que vea como se dirige un Best Seller, de lo contrario, los llevará al fracaso y en definitiva deberán bajar el telón.
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