Francisco Flores escribe esta vez a su amigo Pedro Mendoza, un legendario hombre de las comunicaciones en Cañete que por estos días pasa por un delicado estado de salud, con sus recuerdos y anécdotas Francisco quiere saludar y desearle una pronta mejoría a su amigo Pedro Mendoza.

Por el año 1974 llegaron a C.D. 158, Radio Millaray de Cañete dos hermanos que traían grandes inquietudes artísticas y deseos de "hacer cosas" en radio; eran Pedro y Alfonso Mendoza Opazo.

Con el tiempo cada uno se hizo un nombre en la radiotelefonía local con diferentes formas y estilos de hacer radio.

Pedro iba por lo musical y Alfonso por lo noticioso y contingente por ser mas frontal y una manera muy personal de enfrentar las situaciones.

Por el año 1978 Américo Giuliucci Andueza, locutor y Director Artístico de la emisora crea un Team para transmitir los partidos locales que se jugaban en el Estadio Municipal de Cañete.

El "Team" para el efecto era como sigue: Giuliucci; Director del grupo y Relator de los partidos, Jaime Jara y Germán Salas locutores comerciales; Tito Muñoz, Master Técnico; Juanito Gutiérrrez, Ingeniero en el Master Central...y Pedro Mendoza, Informador de cancha. El que escribe no participó porque no le gusta el fútbol.

Pedro Mendoza se instalaba en el borde del campo de juego y no se perdía detalle del mismo corriendo a la par con los jugadores, pero lo curioso es que no llevaba consigo ningún equipo de sonido ni micrófono para informar porque ...¡no había!... entonces cuando se producía una jugada digna de comentar por el informador de cancha; Pedro Mendoza corría hasta donde estaban los demás y allí lo anunciaban mas o menos así:... “y aquella jugada un tanto confusa nos la va a comentar desde el lugar de los hechos nuestro informador de cancha Pedro Mendoza... adelante Pedro...”, entonces Pedro Mendoza tomaba el micrófono que le pasaba Jaime Jara o Germán Salas y comentaba la jugada en cuestión; luego de eso decía: "eso es todo colegas hasta un próximo despacho, adelante ustedes" y salía corriendo porque el partido continuaba y él debía seguir informando "desde el borde de la cancha". Siempre admiré su estado físico porque corría durante todo el partido de extremo a extremo de la cancha durante los 90 minutos que duraba el partido.

Una de las mejores anécdotas con mi amigo Pedro Mendoza ocurre en 1980.

Sucede que en una fecha que no puedo precisar su esposa debió ser hospitalizada en Curanilahue y Pedro diligentemente como corresponde a un buen marido se trasladó hacia allá para estar junto a ella, y le pidieron 6 dadores de sangre porque la iban a operar... o algo así.

Pedro llamó hasta Cañete y habló con Don Arnoldo Cabrera quién era Director Responsable de la emisora en ese tiempo para que hablara con nosotros por si alguno quería acompañarlo en esa solicitud.

Don Arnoldo habló con nosotros y dispusimos de un grupo conformado por: Inés Saavedra, Secretaria; Jorge Aguayo, radiocontrolador; Amado Opazo y René Espinoza colaboradores en el Taller de Electrónica de Don Arnoldo y el que escribe, radio controlador y nos dispusimos a viajar a Curanilahue a cooperar con nuestro amigo.

Don Arnoldo nos llevó al Restaurante "El Indio" y nos sirvió a cada uno una malta con harina "para tener mas sangre" y partimos hacia Curanilahue.

René Espinoza conducía el auto que nos pasó Cabrera, un Ford año 1946 en perfectas condiciones e íbamos cantando, contando chistes y elucubrando en un posible accidente y las consecuencias que eso podría acarrear.

En alguna parte del camino Jorge Aguayo le dice a René Espinoza respecto del móvil: "cuando pasemos el control de Carabineros me lo pasas a mí" ---De acuerdo--- le contesta René.

En Cerro Alto había un control de Carabineros que pasamos sin inconvenientes así que un poco mas allá Jorge y René se cambiaron de lugar y Jorge siguió conduciendo...y los demás haciendo chistes y cantando... hasta que enfrentamos la cuesta Mathiensen y hasta el día de hoy no me explico que le pasó a Jorge que de repente no bajaba la aceleración y comenzamos a asustarnos por la velocidad que llevaba que comenzamosd a gritar: ¡Para %&&%&%&%%&%! ¡Freeenaaa &%&%&%&%!

Entonces nos percatamos que había un camión de Vialidad estacionado en la bajada y yo veía que era el camión que iba hacia arriba rápidamente; pero no, eramos nosotros que nos íbamos encima del camión; hasta que en una maniobra desesperada tal vez de Jorge o René que le ayudó girar el manubrio a la izquierda y chocamos con el chassis del camión justo en la puerta del móvil que realiza un trompo y yo salí disparado por los aires y fui a caer en la cuneta del otro lado del camino... y me quedé allí tendido porque había escuchado que en un caso así no hay que levantarse inmediatamente porque eso trae consecuencias a veces fatales, y yo no tenía ningún interés en morir... por el momento.

Semi inconsciente como estaba comencé a escuchar voces que decían "métele el chuzo" "golpea acá" y de pronto escucho la voz de Jorge Aguayo que pregunta: ¿y Pancho donde está? ---allá está tirado contesta alguien, y Jorge va corriendo a ver que me había pasado; en realidad era la nada misma.

Todavía en mi aturdimiento digo: "sigamos pa´ Curanilahue que Pedro nos está esperando" --- Inés Saavedra entre sollozos me dice: "Panchito, chocamos...mira mi cara" y recién me di cuenta que tiene un golpe muy feo en una mejilla.

Bueno, hicimos un pacto con los trabajadores del camión que nadie había visto a nadie y nos regresamos a Cañete pero ahora en forma muy silenciosa.

Entrando a Cañete hicimos un pacto de que nadie hablaría acerca de lo que realmente había pasado y René Espinoza asumiría toda la responsabilidad porque era a quién le habían confiado el móvil.

Pero Arnoldo Cabrera no "compraba" fácilmente así que buscaba por todos los medios averiguar la verdad porque suponía que era Jorge quién había protagonizado el accidente.

$10.000.- de la época le cobró el Maestro Pedro por la reparación del auto.

A las 18 horas, 6 de la tarde; llegó Pedro Mendoza desde Curanilahue mas bravo que un león porque ninguno de sus colegas había respondido a su llamado de auxilio y se encontró con la sorpresa que estábamos todos heridos... por ignorancia porque años mas tarde comentando este hecho a mi esposa ella me dijo: " pero si no tenían que ir a Curanilahue, tenía que haber ido al hospital de Cañete y decir que iban a donar sangre para una paciente que estaba en Curanilahue". ¡Nadie sabía eso!

Hace un par de días conversando con mi amigo Jorge Aguayo que se contactó conmigo buscando alguna forma de saber del estado de salud de Pedro Mendoza, me hizo saber que al fin Arnoldo Cabrera se enteró que él fue el causante del accidente y tuvo que vender un equipo de música que tenía para devolverle los mentados $10.000.- que le costó el arreglo del auto.

Hoy Pedro Mendoza Opazo está gravemente enfermo en el Hospital Regional de Concepción, y con todo el corazón espero su recuperación para que continúe deleitando con su voz y sus programas a través de su emisora por internet donde tenemos muchos cañetinos la oportunidad de escucharlo y sentirnos cerca de nuestra amada ciudad; Pedro logra aquello... sentimos que estamos pegados a nuestra tierra, a nuestros campos, a nuestra historia, a nuestra familia y amigos de antaño; Pedro mejórate que te necesitamos, viejo amigo.

Vamos Pedro Mendoza Locutor, tu puedes; como Lázaro... levántate Pedro.