¿Saldrá con los ojos del papá?, ¿el pelo de la mamá? Son las preguntas clásicas respecto a lo que heredarán los hijos de sus progenitores. Pero lo cierto, es que la mayor parte de los rasgos físicos que heredamos son fruto del azar. Salvo aspectos muy definidos que, en el caso de los hombres, traspasan genéticamente a sus hijos.
Según explica la genetista de Clínica Las Condes. Dra. Fanny Cortés, del padre se hereda el sexo. Es decir, es el hombre quien define genéticamente si la guagua será niña o niño.
“Tenemos 22 mil genes, más o menos, repartidos en 46 cromosomas, todos en dos copias, porque se heredan una copia materna y una paterna, pero existe el cromosoma X y el Y que determinan el género”, explica la especialista CLC.
El padre es el que cuenta con un par de cromosomas XY, contrario a la madre que solo tiene XX. Por lo tanto, si el hombre aporta el cromosoma X va a ser una hija, es decir, mujer y si aporta el cromosoma Y va a ser un hombre.
Por otra parte, la estatura está más determinada por los genes del padre que por los de la madre, por lo que, “si el padre es alto, los niños tienen más posibilidades de serlo que si es al revés” explica la Dra. Cortés.
Sin embargo, solo entre el 60% y el 80% de la altura está determinada por la genética, la alimentación y el estilo de vida influyen en la talla final.
Por último, hay estudios que también sugieren que la dentadura está más relacionada a la carga genética del padre. El tamaño y forma de los dientes, así como el color se hereda del hombre, al igual que la predisposición a desarrollar problemas bucales como las caries y el esmalte blando. Esto es porque el gen del papá predomina en esta parte del cuerpo y tiene relación con el tamaño de la mandíbula.
Gentileza: Equipo de Comunicaciones CLC
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