Podrán seguir existiendo opiniones divididas respecto a quien es el mejor futbolista de todos los tiempos, pero con la trascendencia universal que tuvo Edson Arantes Do nascimento, será muy difícil que aparezca otro como él, porque más allá de su talento innato para jugar al futbol, él tenía un carisma muy especial, que traspasaba las fronteras del futbol.
Su historia marcada por la pobreza cuando solo era un niño, lo llevó a desarrollar una personalidad humilde y sencilla, fue siempre una buena persona dentro y fuera de la cancha, lo que a la postre lo transformó en un ídolo transversal. A sus extraordinarias condiciones y capacidades de futbolista que nadie discute, Pelé le sumó lo otro que es muy importante en un deportistas de esta magnitud y que lamentablemente pocos lo tienen, sencillez, humildad, cordialidad, caballerosidad y compañerismo.
Sus logros son un legado difícil de olvidar, campeón del mundo en Suecia 58, Chile 62 y México 70, multicampeón con Santos, el club de sus amores y mentor o inspirador de los estadounidenses para interesarlos por el futbol. No cabe duda que será recordado con cariño en todo el planeta, su figura es un conjunto de cualidades, quizás si esa sea la razón que lo diferenció de los otros futbolistas que discuten su reinado. No hay mejor deportista que aquel que trasciende también como persona y se convierte en ejemplo para las nuevas generaciones.
Me parece que Pelé se ganó con creces ese galardón, un excepcional futbolista y un hombre con una tremenda calidad humana.
Ahora en el cielo podrá jugar su último partido con todas las glorias del futbol que lo antecedieron en su descanso eterno y que lo esperan para entregarle la corona del verdadero Rey del futbol.
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