Desde hace un tiempo que el 'Rodeo Chileno' viene causando polémicas. Los animalistas lo consideran maltrato animal y la política quiso imponerlo como el 'deporte nacional' (se rechazó finalmente). Una opinión profesional de la Médico Veterinario Bárbara Tabilo nos invita a reflexionar sobre esta tradición nacional.
Escribe Bárbara:
EL origen del rodeo y naturaleza se remonta a tiempos en que no existían las mangas, por lo que se requería mover a los animales de manera controlada de un punto a otro, simulándola. Con el tiempo, esta práctica se convirtió en una cada vez más arraigada tradición y, finalmente, fue oficializada como un "deporte".
En cuanto a mi apreciación personal, no me posiciono a favor ni en contra del rodeo. Sin embargo, considero que para que cualquier actividad se considere un "deporte", deben cumplirse altos estándares y contar con una fiscalización efectiva y libre de corrupción. Los deportes ecuestres en todo el mundo tienen requisitos específicos para garantizar el bienestar de los animales.
Mi experiencia como veterinaria en rodeos me ha permitido ser testigo del trato que reciben los animales detrás de la medialuna. He presenciado caballos y novillos heridos y maltratados, todo en nombre de la tradición. Lamentablemente, mi papel suele ser más un cumplimiento formal que una autoridad que garantice un trato adecuado.
Uno de los aspectos críticos desde el punto de vista del bienestar animal es el manejo humano. Todos los clubes de rodeo deberían cumplir con la normativa nacional de bienestar animal, incluyendo la capacitación en manejo animal según el Decreto 29 y 30 de la Ley No.20.380, que se refiere a recintos de espectáculos con animales. Son innumerables los casos donde los encargados del manejo animal carecen de conocimiento, lo que resulta en el uso de métodos brutales e ineficaces, como golpear a los animales con palos y gritos, lo cual es totalmente inaceptable en todas las etapas del arreo, que incluye carga y descarga de animales.
En el caso de los caballos, es crucial que los aperos se coloquen al tiempo preciso y que se les proporcione sombra en todo momento. Mantenerlos al sol con los aperos puestos durante horas es perjudicial para su salud y rendimiento deportivo. El uso de espuelas, aunque orgulloso para los huasos, puede dañar a los animales y debería descalificarse si hay heridas sangrantes en la medialuna.
Además, es importante mencionar la medicación inapropiada y mal administrada que se observa en algunos casos.
En relación a los jinetes, es fundamental considerar la carga que pueden soportar los caballos. Los equinos pueden cargar fácilmente el 15% de su peso total y tolerar hasta el 20% de su peso sin perjuicio. Sin embargo, en el rodeo, a menudo vemos jinetes que superan ampliamente estos límites (ejemplo si el caballo pesa 400 kilos, el 10% de su peso son 40 kilos, y el 20% son 80 kilos, pero en rodeo vemos jinetes de 100, 120 kilos facilmente), lo anterior puede causar lesiones en columna y articulaciones. Existe evidencia científica que respalda esta preocupación.
En cuanto a la infraestructura, todos los corrales deberían contar con sombra y agua. Las paredes de los corrales y pasillos deben ser lisas para mantener a los animales más tranquilos.
En resumen, al asistir a un rodeo, es importante ser crítico y reflexivo. Si no es posible abolir esta práctica, el camino a seguir es regularla. Debemos asegurarnos de hacer las cosas de manera correcta y tratar a los animales con la dignidad que merecen. La generación de conciencia es esencial para cambiar la realidad actual.
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