Partiendo de la premisa que la situación administrativa y económica por la cual atraviesa el club, no da para más, me parece que la determinación adoptada por el Consejo de Presidentes de la ANFP, al decretar la desafiliación del Futbol Profesional del club Deportes Concepción, es extremadamente drástica y con escaso, por no decir ningún criterio deportivo.
Reconociendo que la sanción se apega al reglamento y a las normas, es de justicia decir que sólo se aplicó la letra y no se consideró el espíritu, olvidándose y pasando a llevar lo más valioso de un club deportivo, que son sus socios y simpatizantes, los cuales no tienen ninguna responsabilidad de lo que ha ocurrido. Acá los culpables son aquellos dirigentes corruptos y sinvergüenzas de la Sociedad Anónima que privilegiando sus propios intereses por sobre los de la institución, provocaron esta situación terminal, sumiendo al club lila en una crisis de carácter administrativo y financiero.
Sin duda que para los hinchas genuinos, aquellos que juraron incondicionalidad y que lograron identificarse con estos colores, es difícil y doloroso aceptar esta triste realidad, no obstante puntualizar que hacía tiempo que Deportes Concepción venía sufriendo de inestabilidad económica por malas conducciones directivas y equivocadas administraciones. No se le puede echar toda la culpa al modelo de sociedades anónimas, porque antes de que este sistema operara, el club igual transitaba por un túnel oscuro, de manera tal que conviene invitar a su gente y a las autoridades de la ciudad, hacer un mea culpa. No puede ser que una ciudad tan importante del país, no haya sido capaz de generar las condiciones para desarrollar una estrategia de apoyo y respaldo a un club con tanto arraigo e historia.
Cuesta aceptar que Deportes Concepción ya no formará parte del futbol profesional. A mi juicio, lo más criterioso habría sido la intervención de la ANFP, para devolver los cimientos de una nueva estructura organizativa, con dirigentes identificados con el club que quieran invertir, castigando de manera implacable a los controladores que provocaron este colapso, y que cobardemente se escondieron en medio de una total e inexplicable impunidad.
Hablar de Deportes Concepción, es recordar una de las etapas más lindas de mi vida adolescente en mi querido Cañete, como olvidar las visitas de grandes equipos lilas al Estadio Fiscal, para enfrentar a la Selección local con marco impresionante de público, en un estadio de tierra y con precarias galerías, que no alcanzaban a albergar a todos los espectadores, quedando gran parte de los asistentes de pie. Los Cañetinos, fuimos testigos del debut de jóvenes valores que después brillaron en el futbol chileno como por ejm. Victor Estay, Julián Urrizola, Gustavo Viveros, Francisco Pinochet, Rolando García, Rodrigo Santander y otros consagrados como Vicente Cantatore, Haroldo Peña (el León de Collao) Gabriel Galleguillos, el argentino Omar Dieguez y otros que la verdad no recuerdo. Seguramente ellos también deben estar tristes porque saben que el club no se merece este bochornoso episodio, y lo peor es que sus hinchas tampoco.
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