Difícil resulta creer que en Chile todavía se discuta y se cuestione el presupuesto para el Deporte. En los últimos días se ha producido una especie de debate con matices polémicos respecto a los dineros que verdaderamente debería recibir el Deporte como aporte del Estado al desarrollo y la practica del deporte en todos sus ámbitos y disciplinas.
Pareciera que la clase política todavía no entiende o no lo quiere entender, que el Deporte forma parte de la esencia de la vida como desarrollo integral de la sociedad. La actividad deportiva no es solo una entretención, es algo más que eso. Quienes lo quieran ver desde esa perspectiva, están profundamente equivocados. No puede ser que los propios deportistas tengan que exigir sus derechos con protestas y marchas para poder modificar una decisión que se había tomado a la ligera sin ningún sustento de criterio y sentido común. Disminuir los recursos en vez de aumentarlos, era un profundo despropósito. No se puede predicar y ofrecer este mundo y el otro y después hacer lo contrario.
Por otra parte, me parece estéril esa eterna dicotomía entre el deporte masivo y el competitivo. Lo primero es solo demagogia, porque sabemos que por mas recursos que se asignen a fomentar la práctica deportiva, siempre va existir la duda respecto a si esos dineros fueron bien utilizados o se desviaron de manera fraudulenta, mientras que en materia de alto rendimiento hay un destino específico con un objetivo adherido y que no es otro que mejorar rendimientos en pos de triunfos y medallas para el País.
No quiero decir con esto que lo otro no es importante, pero creo que en este aspecto hay que buscar las formulas adecuadas para que la inversión sea focalizada en los Colegios, Clubes y Asociaciones respectivas y de esta forma la masificación tenga un propósito mas de largo plazo que ayude a fomentar la practica, pero también entregue las herramientas necesarias para que todos sin excepción tengan la oportunidad de soñar con objetivos y logros.
Si queremos ser un país deportivo y que nuestros deportistas sean competitivos a nivel mundial, el Estado y no el Gobierno de turno, debe actuar sin demagogia y ponerse a la altura de las exigencias, asumiendo plenamente su responsabilidad.
Me alegra saber que se haya llegado a buen puerto en las negociaciones y que el presupuesto para el Deporte sea un monto fijo reajustable de acuerdo a las necesidades que la realidad lo indique. En buena hora
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***