"Nos quedamos sin guatones en Cañete. Eran parte del paisaje, en la rutina diaria, de nuestra ciudad y su presencia le daban una connotación especial al lugar donde ellos estaban realizando su trabajo. Se producía una asociación con el lugar donde uno acostumbraba verlos siempre." - Así comienza el primer relato que nos ha querido entregar un nuevo colaborador de Lanalhue Noticias, GABRIEL YANINE MERUANE.
El guatón Morales (don Evaristo) infaltable en la esquina de la vulcanización peleando con un enorme neumático de camión para poder desmontarlo y así poder repararlo y entregarlo en forma rápida al cliente que siempre andaba apurado. Me tocó muchas veces esperar el arreglo de un neumático que él siempre se esmeraba en entregarlo en buena forma. Era en ese momento, mientras hacía la pega, donde uno aprovechaba de conversar y conocerlo un poco más como persona y además conocedor de mucha gente de Cañete.
Me contaba en esa oportunidad lo desilusionado que estaba de un amigo suyo al cual le prestó unos cheques y no le respondió de la forma que el merecía traicionando su amistad y confianza. Yo lo escuchaba con atención y sentía que estaba más dolido por la pérdida del amigo que por la plata prestada. Sin duda era un hombre bueno que aún creía en la palabra empeñada. Nunca le pregunté después si su "amigo" le había cumplido.
El otro guatón famoso lo encontrábamos en el mercado de Cañete, el guatón Fernández, al fondo de este tenía su cocinería. Disfruté muchas veces de un buen mariscal y de una vista hermosa hacia el barrio Tucapel. Lo encontré muy afectado y conversé con el después del incendio del mercado. Me contó cómo lo vivió y sus planes futuros. Lo noté eso si muy deteriorado en salud, pero con una actitud positiva enfrentando los momentos difíciles. Algo muy propio de nuestro pueblo.
El tercer guatón, era muy amigo mío, es Moncho Pulpeiro. Entrañable estar y conversar con él era de una entretención constante. Si no era el chiste era una anécdota de vida que salpicaba con intervenciones dignas de una verdadera teleserie. Era muy grato estar con él. Estas líneas y recuerdos son un pequeño homenaje a estos seres humano, guatones simpáticos, que tuvimos la suerte de conocer y no pasaron desapercibidos en la rutina diaria de nuestro pueblo.
Que descansen en Paz.