La tradición del comercio en Cañete, la ciudad de los servicios, tiene una historia escrita por familias que hechó raíces hace 40 años, "El Batino Cañetino", con marcas registradas de calidad en el buen calzado, le cambió la vida del mundo del Calzado.
Un día 08 de marzo llegó desde tierras más sureñas de Cañete, con sueños y esperanzas en una maleta o bolso para sentar raíces desde Osorno, su vida de trabajo hacerla en Santiago hasta llegar a la ciudad Histórica. Un día 8 se prepara para Instalarse y le da fecha de fundación el 13 de marzo de 1981, en un Cañete aún bastante más pequeño, donde muchos ni siquiera pensaban en proyectar ser la "Ciudad de los Servicios" y comercial en la Provincia de Arauco, entonces la provincia del carbón, la Madera, la Agricultura, el campesino medio de gran cariño y apego a sus raíces, pero de una tradición de gente Amable, humilde y trabajadora.
Tulio Rodríguez Nace en la sureña tierra Huasa de Osorno, pero también del Buen Boxeo del Rahue y en el ciclismo realizó sus pasos para ser un ciclista destacado, y esa forma marcaría el destino de su vida; el deporte le entregó la oportunidad de un trabajo, en la entonces fábrica de Calzados Bata en la Comuna de Peñaflor del Área Metropolitana en el Gran Santiago.
El destino lo llevó entonces a conocer su mujer y compañera de Vida Erica Loan, Oriunda de la Misma Comuna donde se conocieron; una vez entrada la crisis de los 80, como familia tuvieron sueños y esperanzas que lo llevan junto a su Familia llegar a un desconocido Cañete con maletas llenas de ilusiones. De su trabajo en la fábrica de calzados, quedaron amigos y quienes le entregaron apoyo y buenas vibras, esos amigos le indicaron los pasos a seguir con la venta y distribución del buen calzado para la gente de Cañete y alrededores.
Tulio Rodríguez se instala el 08 de marzo del año 1981 en Calle séptimo de Línea Número 654 a probar suerte en un pequeño local que no tenía Vitrinas ni nada parecido y su presentación al cliente era que podían ver los calzados colgados en las afueras del local, iniciándose así de esta forma lo que sería con el paso del tiempo una tradición para Cañete y su gente.
Llega el año 1975 y una antigua esquina de Cañete, Covadonga esquina Saavedra existía una gran casona que prácticamente ocupaba un cuarto de manzana y que albergaba principalmente la Notaría del pueblo y un gran restaurante o un tradicional centro social, que en su totalidad fue consumido por las llamas en unos de los más grandes incendios que se tenga memoria (superados solo por los de los últimos años en la calle Villagrán), el terreno que quedó tenía tres herederos, quienes vendieron sus derechos y fue la oportunidad de "Don Tulio", instalarse en la esquina inconfundible, con su entonces pequeña empresa Familiar y habitacional, para crear y dar vida a su Familia, y la forma de ganarle a la vida vistiendo de calidad en el calzado a nuestra gente.
Se comenzó entonces con marcas como Tigre, Power (su clásica zapatillas de lona), las botas de agua para el campesino y agricultor, destacando cada inicio de año la venta del calzado escolar que con la llegada de la pandemia, los cambios han sido drásticos en la estrategias de venta, por la no vuelta a clases presenciales ha significado una caída del 90% por ciento, quedando Stock del año anterior; habrá que adaptarse a los nuevos tiempos, nos señala Andrés o Tulio Hijo quien a tomado las riendas de esta empresa familiar.
Lo que se ha mantenido es el producto de invierno donde la zona rural juega un rol importante en la rotación del producto calzado, agregando además "la amistad de antiguas familias y clientes que han permanecido por años, donde la tradición familiar se ha transformado en una sincera amistad, que emociona ver a personas y familias que nos han visto crecer donde siempre hay un saludo de amistad y más de algún recuerdo de anécdotas en estos ya 40 años", nos señala un Andrés. "Son clientes fieles que han traspasado en generaciones de vestir el Calzado del Batino Cañetino; hay cosas que en grandes tiendas no se ven, pero que aquí sí, tal como a las vitrinas para mostrarnos que necesitan un cierto calzado" termina contándonos Andrés, o el Tulio Chico.
Hoy el troncal de la Familia, Tulio Rodríguez padre, se encuentra abocado a la administración, a entregar a su hijo heredero, una palabra de aliento y de ayuda, dándole énfasis a la experiencia en la venta, ya no detrás del mostrador donde cada pasada por las afueras del local más de alguien le gritaba un "Hola don Tulio".
Hoy solo palabras de agradecimiento a toda esta gente de Cañete y alrededores, que desde los 8 años de mi llegada aquí, son el pilar fundamental y el diario sustento nuestro y de la gente que depende de nosotros como empresa familiar. Don Tulio, además de su nuevo negocio, "Casa Loan" forman la familia que es tradición en Cañete, integrada por el matrimonio de Tulio Rodríguez Thielemann y Erica Loan, sus Hijos Tulio Andrés y Ana Erica, más dos nietos.
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