¿Tiene el pueblo de Chile el derecho a equivocarse?
Nadie ha cuestionado la legitimidad de la Comisión Constituyente, por tanto, se entendió que fue la sincera respuesta de la clase política al estallido social. Entonces, fueron muy pocos los “eruditos” que se atrevieron a reflexionar sobre el fracaso de la clase política; sobre el por qué se llega a esos niveles de violencia; sobre la desconexión entre la realidad que vive gran parte de la población nacional y la realidad que vive esta clase política. Esto sin mencionar, el desprestigio por abusos y actos de corrupción de nuestras instituciones encargadas de velar por el orden y la seguridad en nuestras calles, nuestras fuerzas armadas, funcionarios del Estado u organizaciones religiosas, referentes morales, que trastocaron sus límites éticos.
¿Entonces, hay alguien más que le falte ejercer su derecho a equivocarse?, ¿antes que le corresponda, según la misma clase política referida en párrafo anterior, al Pueblo de Chile y su Comisión Constituyente?
Las grandes familias, dueñas de gran parte de la riqueza del país, han consolidado sus éxitos económicos con la Constitución de Pinochet, creando una super riqueza, coludida con congregaciones religiosas que lavan con bálsamos espirituales sus abusos e injusticias y regulan al poder legislativo, con el financiamiento de sus campañas. Son estas familias y sus intereses los verdaderamente afectados, ellos son los legítimos dueños de la campaña del Rechazo, los demás son sus empleados, políticos cooptados, que recurren sin vergüenza alguna al “amor” para engañar al pueblo.
Siempre ha existido la recriminación y el prejuicio sobre la ignorancia del pueblo, entonces, darle la posibilidad de equivocarse en esta diversidad de bajo conocimiento sobre el derecho y la organización del Estado, resulta inaceptable, como era igualmente inaceptable darle el derecho a voto a los pobres, o a las mujeres. Pero, así se ha ido construyendo la Democracia Occidental, a pesar de tropiezos y equivocaciones, porque, en los gobiernos “tecnócratas” y “meritorios” está la fuente de la injusticia, desigualdad y discriminación que vive hoy nuestro país.
Hoy, cuando destacados juristas constitucionalistas de Europa y EEUU destacan positivamente en los medios, la nueva institucionalidad de los principales temas emergentes que afectan el mundo de hoy en este proyecto constitucional, no me queda más que agradecer este esfuerzo constituyente del Pueblo de Chile. Por esto, cuando leo a ex compañeros de ruta política argumentando a favor del rechazo, siento que supeditan intereses o diferencias menores, por muy legítimas que sean, en desmedro de estas grandes necesidades del pueblo, que ojo, aún no han sido superadas.
El APRUEBO, es mi opción ética como militante RADICAL.
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***