Los aspectos psicológicos que participan en los juegos son muy importantes a la hora de entender por qué apostamos y cómo lograr que lo hagamos más. Un repaso por los motivos y condiciones de las apuestas.
Los juegos de casino se han consolidado a lo largo de la historia como un modo de entretenimiento para personas de todas partes del mundo. Desde los salones repartidos en las ciudades europeas y americanas del siglo XIX, hasta las innumerables plataformas de casino en línea que hoy pueblan la web internacional, el juego ha entrañado una fascinación que diversos estudios han intentado explicar.
Detrás de la enorme popularidad alcanzada por los casinos (y de las grandes sumas de dinero que se mueven en la industria) hay una serie de aspectos psicológicos que los operadores y casas de apuestas han sabido explotar. Estos son considerados a la hora de diseñar espacios, dinámicas, entornos y, por supuesto, de dar publicidad a los juegos y plataformas. ¿Qué impulsa a los jugadores? ¿Qué hace sentir a los apostadores más o menos cómodos dentro de un casino? Estas y otras cuestiones conforman las preguntas iniciales respecto a la psicología de los juegos de casino.
¿Qué nos motiva a apostar?
Los juegos de apuestas no son un invento reciente en la historia. En el territorio que hoy corresponde a Irak se hallaron evidencias arqueológicas que apuntan a que había actividades de este tipo desde al menos el año 3000 a.C., y se sabe que los juegos de azar eran populares en la antigua China alrededor del 2300 a.C. Tentar a la suerte está en la naturaleza humana debido a una combinación de factores sociales y psicológicos, entre los que destacan:
La búsqueda de emociones intensas
El acto de apostar libera una cantidad importante de adrenalina y dopamina en el organismo, al igual que sucede con la práctica de deportes extremos u otras actividades de alto riesgo. La adrenalina es un neurotransmisor asociado a las respuestas de lucha o huida, que se encarga de activar una serie de reacciones fisiológicas que preparan el cuerpo para tal fin. Por su parte, la dopamina es conocida como la hormona del placer. Su liberación produce sensaciones extremadamente agradables en gran cantidad de animales, incluidos los seres humanos. Independientemente del resultado, apostar equivale a tomar un riesgo y obtener una recompensa por ello.
La oportunidad de ganar dinero sin esfuerzo
¿Quién no sueña con ese golpe de suerte que resolvería su vida financiera de un momento a otro? Los juegos de apuestas son vistos como un mundo en el que es posible ganar mucho dinero al instante. El riesgo es comparativamente bajo, considerando las grandes recompensas que podrían obtenerse. Al contrastar esta perspectiva con una vida de trabajo constante e inestabilidad económica, es muy tentador sumergirse en los juegos.
Presiones sociales
Cuando nos encontramos en un entorno en el que gran cantidad de personas se involucran en una actividad, nos sentimos psicológicamente presionados a hacer lo mismo. Esta necesidad de ser parte del colectivo se conoce como “mentalidad de colmena”. En el caso de las apuestas es palpable en lugares como Gran Bretaña, donde los envites deportivos o de cualquier naturaleza son una actividad recurrente en el día a día de gran parte de la población. En otros países las apuestas online son tan populares y es tan fácil acceder a ellas que todos quieren ser parte.
El mero entretenimiento
Quizá el motivo más simple por el cual apostamos a eventos varios o jugamos en máquinas de azar sea que es entretenido. No requiere el desarrollo de complicadas estrategias ni esfuerzos mentales, sino que es una actividad para pasar el rato con la que además es posible ganar algo de dinero. Además, es muy sencillo realizar envites en plataformas web, con formas de pago diversas y montos relativamente bajos.
La falacia del jugador
Esta es una de las falsas creencias más conocidas en el mundo de los juegos y apuestas. Dictamina que, si un resultado (número, figura, color) ha aparecido con frecuencia en una máquina de azar entonces algo diferente está por aparecer, o que si no ha salido el bote en mucho tiempo este está “al caer”. Es una falacia porque, independientemente de los resultados anteriores, las probabilidades en una nueva tirada son siempre las mismas, a menos que la máquina esté programada para repetir patrones. A pesar de no tener fundamentos lógicos, esta certeza hace que los apostadores se sientan más confiados y apuesten más.
El diseño como elemento psicológico en los casinos
El espacio físico de los casinos ha sido susceptible a investigaciones sobre el comportamiento de los jugadores y bajo qué condiciones son más propensos a apostar. Actualmente hay dos posturas enfrentadas: el diseño clásico y el patio de recreo. El primero aboga por la decoración centrada en los elementos del juego y los techos bajos, enfatizando en todo momento las dinámicas. El segundo se decanta por decoraciones temáticas y el sentido de grandilocuencia.
Estos estudios pueden extrapolarse al mundo del juego online en cuanto al diseño de portales web. En todo caso, el análisis de las condiciones ideales para el desarrollo de los envites es muy importante para los operadores, ya que su meta principal es atraer y retener a los apostadores el mayor tiempo posible
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