¿Falta de objetividad en los procesos de selección de directivos? Reflexiones del Caso Cubillos
El reciente escándalo conocido como el Caso Cubillos, relacionado con la Universidad San Sebastián (USS) y la ex ministra de educación Marcela Cubillos, ha puesto algunos asuntos relacionados a la selección de cargos de importancia en las instituciones, el papel docente y el uso de permisos laborales en el extranjero por parte de altos directivos. La controversia gira en torno al sueldo bruto recibido por la ex ministra y por la recepción de pagos por labores docentes mientras residía en España, lo que ha generado dudas sobre la transparencia en la gestión universitaria y la integridad de sus directivos. Este tipo de incidentes, aunque aislados, puede dañar la reputación de instituciones educativas, afectando tanto a su cuerpo académico como a sus egresados.
La consultora de talento Robert Walters destaca la importancia de mantener procesos de selección claros y rigurosos en universidades tanto privadas como públicas. Si bien el Caso Cubillos plantea preocupaciones legítimas, es fundamental no perder de vista que muchas universidades han sido dirigidas por profesionales de alto calibre que han accedido a sus puestos a través de procesos basados en mérito y transparencia. Y extrapolando el caso a otros tipos de instituciones, Alfredo Araneda, Director en Robert Walters, comenta sobre la importancia de tener un proceso de selección riguroso para evitar sesgos como el nepotismo, o lo que se conoce coloquialmente como "pitutos". Señala que la objetividad en la selección se pierde cuando existe un lazo de amistad o una conexión personal similar.
Ante la creciente preocupación sobre cómo este tipo de situaciones pueden afectar a los altos mandos, un ex directivo de la institución ofreció una reflexión importante. Según su análisis, casos como el de Cubillos no solo afectan la percepción pública de las universidades, sino que también pueden tener un impacto significativo en la reputación de los líderes, tanto actuales como anteriores, de dichas instituciones. El ex miembro de la USS sostiene que este tipo de escándalos tienden a proyectar una sombra de duda sobre la legitimidad de los procesos de selección, aun cuando estos han sido llevados a cabo con los más altos estándares.
Sin embargo, el exdirectivo argumenta que la clave para mitigar los efectos negativos sobre la reputación institucional y personal reside en la capacidad de las universidades para reforzar sus procedimientos de selección. Esto implica un enfoque más transparente, en el que los méritos académicos y profesionales sean los únicos factores determinantes a la hora de nombrar a directivos. Además, destaca la necesidad de una comunicación clara y coherente por parte de las universidades para salvaguardar la confianza del público en sus procesos internos.
En resumidas palabras, si bien el Caso Cubillos ha revelado posibles fallas en la gestión de algunas universidades, no debe generalizarse a todas las instituciones ni a sus líderes. La consultora Robert Walters subraya que es esencial fortalecer los mecanismos de selección para garantizar que solo los mejores profesionales, comprometidos con los principios de ética y transparencia, ocupen cargos directivos. La firma experta en selección de talento para cargos ejecutivos aplica una metodología de selección clara que evita sesgos y que incorpora una evaluación cualitativa profesional para medir a los candidatos. De este modo, se podrá asegurar la confianza en el sistema universitario y proteger la reputación de aquellos líderes que han demostrado su dedicación al avance de la educación en el país.
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