Es triste y desolador cuando nuevamente en las noticias nos informan de un nuevo Carabinero herido de muerte en nuestras calles, producto de la cobarde acción de un delincuente y lo más doloroso, es que este panorama se está haciendo cada vez más frecuente de lo que se quisiera, como resultado del brutal y alevoso trato que esta institución ha recibido de parte del Estado y en forma sostenida de la clase política que actualmente nos gobierna, en que muchos de ellos, incluyendo al presidente, utilizaron en un pasado no tan lejano, entre otros medios las redes sociales, para darse el gusto de emitir mezquinos, insultantes y cobardes comentarios en su contra.
Todo esto fue desdibujando poco a poco la imagen de prestigio que esta institución tenía, quedando en la actualidad reducida a su más mínima expresión que muy pocos respetan y por otro lado le han ido quitando en forma sistemática muchas de sus antiguas atribuciones, dejando a sus hombres y mujeres a merced de la creciente y desbordada delincuencia, ya que salen a las calles con la única protección que les queda y que es su vocación de servir a la patria.
Ahora, se escucha al Gobierno muy preocupado repitiendo que pondrá mano dura a la delincuencia, que respalda plenamente a Carabineros, que hay que “ser empáticos con ellos”, que se destinarán más recursos para equipamiento.
Pero, ¿Sólo es equipamiento lo que se necesita? Se olvidan del hombre que está debajo de ese uniforme, ningún equipamiento será suficiente si antes no cicatriza la herida que se causó a la imagen de la institución y a cada uno de sus hombres y mujeres y esto sí que será difícil de revertir.
El Carabinero necesita con urgencia volver a empoderarse y ser respetado por cada ciudadano que viva en esta tierra. Voy a creer en el discurso del presidente, cuando comience a escuchar a cada uno de esos políticos que ayudaron a dañar la imagen de Carabineros haciendo un mea culpa público, reconociendo que se equivocaron en sus juicios y pidiendo perdón a la institución.
No se escuden diciendo que son comentarios del pasado y que se hicieron en otro contexto, sea el contexto que sea, nadie tiene derecho de agredir tan alevosamente a una institución y sus trabajadores. A agresiones públicas, disculpas públicas.
Es común que cuando se acerca un acontecimiento de alta convocatoria y riesgo, el gobierno prepara un programa de seguridad, que incluye un amplio despliegue de Carabineros en las calles, pero ellos son los primeros que deben tener garantizada su seguridad personal, no queremos que estos eventos se conviertan en el escenario para tener un nuevo mártir o un nuevo condenado y que frente a un proceso confuso no sean los políticos ni los medios de comunicación los primeros en correr para emitir un juicio y condenar al uniformado sin antes conocer todos los antecedentes.
Para que Carabineros recupere su sitial de prestigio, necesita de cada uno de nosotros. Es una institución que debemos cuidar y por sobretodo RESPETAR
PORQUE, SI NO LOS TENEMOS… ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?
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