Cuando escribí esta nota, nunca pensé que tras ocho años de publicada iba a estar igual de vigente, por eso hoy los invito a dar una segunda lectura para darnos cuenta que hay hechos que aún se mantienen y el tiempo sólo se ha encargado de perfeccionarlos:
En tiempo de elecciones, es cuando más evidente se hace la indiferencia del chileno por participar en política. Como estrategia el voto voluntario se transformó en obligatorio y aún así la participación ha seguido bajando.
Los señores políticos se hacen los tontos, nos quieren hacer creer que el chileno no participa en política porque no cree en ella. ¡No!, Los chilenos en lo que no creemos es, en los políticos y su incomprensible sistema de elecciones. ¡Pero no puedo quejarme!, “corrigieron el binominal”, pero para dejarlo peor. Los votantes lo que queríamos era que ocuparan los cargos los elegidos en las urnas y no lo que quisieron entender ellos, que aumentaron considerablemente los escaños del parlamento, respaldados de una vergonzosa cantidad de recursos económicos que son de todos los chilenos. Bueno, también sería iluso pensar que ellos van a legislar para perder.
Los chilenos no se inscriben en los partidos políticos, porque de hacerlo, de inmediato pierden su libertad. Cuando se es militante hay que pensar como manada y si no es así lo corren del partido y ese militante termina levantando su propia carpa y armando su propio partido en otro sitio, dando como resultado la imagen que es una actividad poco seria y demostrando de éste modo que el interés por el “servicio público” es lo que menos les importa. Su interés radica solamente en tener la fórmula para llegar al poder, para tener más poder.
¡Y; QUE ME DICEN DEL TEMA DE LA CORRUPCIÓN!
Es habitual escuchar en las noticias que según encuestas, Chile es el país menos corrupto de la región y como para mí es bien cuestionable e ilógica esta premisa, sólo me queda ser mal pensada y se cruzan por mi mente sólo dos respuestas para que nuestro país se salve estadísticamente de esta lacra y estas son: o la estadística está mal hecha o no la aplicaron en nuestro territorio.
Porque, ¡Casos de corrupción tenemos por montones!. Siendo el más transversal de todos; el caso de nuestros parlamentarios; que descaradamente suben sus sueldos y más encima no hacen la pega.
O, cuando somos testigos en las noticias, que un determinado proyecto de ley, está durmiendo en el parlamento. ¿Será el proyecto o el parlamentario el que está durmiendo?. Bueno, ellos muchas veces se defienden argumentando que no alcanzan a llegar al Congreso porque se encuentran trabajando en sus distritos, donde tampoco se les ve. ¿No se debería sancionar al que no asiste a las sesiones y que retrasa hasta la eternidad la promulgación de leyes? ¿A ellos les descuentan parte de su sueldo por no ir a trabajar, como al común de los chilenos?. Creo que no, por eso lo siguen haciendo. Pero, esto sucede sólo cuando hay proyectos que benefician a la mayoría de los chilenos, ahí es donde no aparecen a las sesiones y los proyectos duermen por años. Porque no ocurre lo mismo cuando los proyectos son para beneficio de sus propios intereses económicos y empresariales. En ese caso, son capaces hasta de alojar en el Congreso para estar tempranito dando su voto.
Otro caso de corrupción y que se repite de un gobierno a otro, es la tremenda cantidad de “favores concedidos” que los políticos elegidos deben pagar a los que participaron en sus campañas y que ha hecho que prolifere una nueva epidemia en los servicios públicos, como es el crecimiento desmesurado e incomprensible de jefaturas con títulos y subtítulos rimbombantes, que son innecesarias, inútiles, ineficientes y muy bien pagadas.
También, tenemos los casos de funcionarios que se van de los servicios públicos por cambio de gobierno, pero que antes de hacerlo aseguran su futuro asignándose jugosas indemnizaciones que nadie investiga.
Ahora, están en la disyuntiva de cómo separar la política y el dinero. Pero eso, es tan difícil como juntar el aceite con el vinagre. La mayoría de los políticos tienen una íntima relación con grandes empresas y su interés en ocupar estos cargos, es precisamente porque desde allí pueden seguir legislando a su favor. Es como, “ser dueño de la carnicería, pero hacerse amigo del gato”.
Hasta ahora, he descrito sólo casos pequeños, pero que a la larga no lo son.
Porque… si se trata de analizar casos más grandes. ¡Ahora sí, que somos famosos!. Tenemos el caso Penta, Caval y Soquimich, y si seguimos escarbando, encontraremos unos cuantos más y a lo mejor mucho más graves.
Corrupción en Chile, ha habido siempre, sólo han tenido la suerte de no ser pillados. Luego se van por el camino fácil, renuncian a los cargos, a los partidos, “reconocen su error”. Pero, ¿No tendrían que devolver lo que por error se llevaron? ¡Así pagan sus delitos algunos privilegiados en Chile!
Estas, son algunas respuestas de por qué el chileno no participa, porque huele que hay mucha basura debajo de la alfombra, que aún no se ha terminado de barrer.
Entonces, para evitar conflictos de interés y tráfico de influencias en la política, todos los empresarios que se quieran dedicar genuinamente al “servicio público” deben renunciar temporalmente a su participación directa en sus empresas privadas a través del fideicomiso ciego y acercarse con urgencia a la iglesia, especialmente por el CONFESIONARIO; antes de asumir un Ministerio, para después de ser nombrado por el Gobierno de turno, no tener que renunciar al cargo, por pecados no confesados.
Hoy… tras ocho años de esta nota, poco o nada ha cambiado:
“LA CORRUPCIÓN NO TIENE COLORES”
Con el paso del tiempo fue apareciendo una nueva camada de “servidores públicos” en el mundo político, jóvenes soñadores e idealistas que llegaron con el espíritu de limpiar la política, “de cambiarlo todo”, hacer justicia social y erradicar la corrupción, lindo discurso que les sirvió para engañar a muchos electores “que les creyeron el cuento” y los eligió para gobernar. Y hoy, nos tienen sumergidos en una interminable avalancha de casos de corrupción que se repiten a lo largo del país, pero con el agravante que ahora, es con la plata de todos los chilenos.
A pesar de la gravedad de estos hechos, llama la atención que casi toda la clase política está tan silenciosa, nunca habíamos tenido una oposición tan tibia y buena gente, que ha permitido, que el gobierno haga lo que le dé la gana ¿O tendrán parte en este entierro?
Por otro lado tenemos a un presidente paralizado, al que sólo se le escuchó decir que se va a investigar a fondo y sancionar caiga quien caiga, pero en su cabeza ronda la idea “pero, menos mis amigos” Y mi pregunta es ¿Cómo se van a sancionar estos delitos?
Bueno… ellos nos dicen que con todo el peso de la ley
Pero, ¿Cómo? Si de Nuestro Sistema Procesal penal es bien poco lo que podemos esperar, el delito hace rato que le lleva la delantera, el sistema procesal es muy deficiente y requiere urgentes y profundas modificaciones, en que más parece que nació para promover que sancionar el delito.
Y los que intentan hacer oposición equivocan el camino, por eso siempre pierden. Ahora mismo, sólo se dedican a pelear con el gobierno pidiéndole la bajada del Ministro Jackson, no sigan por ahí, el presidente no va a despedir al “niño símbolo” de su gabinete… ¿Por qué no dedicarse a promover los cambios que requiere el Sistema Procesal Penal, para que estos delitos tengan sanciones?
¡Es tan desilusionante pensar!, que todos estos hechos una vez más no van a tener la castigo que merecen, sean del color que sean siempre se la llevan gratis. Porque ¿Se ha dado cuenta que ya no hay delitos, porque en política siempre son errores? y a los involucrados sólo los sancionan suspendiéndolos de sus partidos, los mandan a clases de ética, a rezar el padrenuestro, los inhabilitan por cinco años para ejercer cargos públicos, siendo este último castigo el más peligroso para la ciudadanía, porque la memoria es frágil y los vuelve a elegir.
Las sanciones deben ser más duras, para que ni siquiera piensen en la idea de repetir estas prácticas, para empezar la inhabilitación a ejercer cargos públicos debe ser a perpetuidad y todo delito que tenga carácter político siempre debería tener un grado más alto de sanción… ¡He dicho!
“COMO EL GOBIERNO Y LOS POLÍTICOS YA NO SABEN PARA DONDE VA LA MICRO, ES TIEMPO QUE EL CONDUCTOR Y SUS PASAJEROS SE BAJEN”
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