El país está viviendo por estos días una crisis de credibilidad por caso de fundaciones que reciben dinero estatal con dudoso criterio. No es un tema nuevo o que haya ideado este gobierno (Boric), esto viene de mucho antes; el problema es que lo siguieron haciendo quienes antes lo criticaron y prometieron eliminar estas prácticas.
Las críticas son múltiples y de variados tonos y formas, como lo que nos envía nuestra colaboradora Juana Salazar, partiendo por el títular de esta nota (¡TENEMOS NUEVO SANTO, CHILENOS!):
Un Santo es nuestro gobierno,
y ya nos hizo un milagro.
sin trabajo y crecimiento,
la pobreza ya ha bajado.
La pobreza ya ha bajado,
con su receta perfecta.
presta plata del Estado,
para que ponga su empresa.
Para que ponga su empresa,
aunque el rubro no conozca.
si la plata no regresa,
a él, bien poco le importa.
A él, bien poco le importa,
me lo dicen día a día.
con transacciones bien cortas,
y sin exigir garantía.
Y sin exigir garantía,
para firmar los convenios.
quedando todo en familia,
con sólo trato directo.
Con sólo trato directo,
nacieron las fundaciones.
corriendo tremendo riesgo,
por sólo comprar calzones.
Por sólo comprar calzones,
tanta plata que no regresa.
y no entiendo las razones,
porque aún no se querella.
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