Cuando niño tenía yo una confusión de identidad con algunos miembros de mi familia ya que una tía materna era mi abuela, sus hijos algunos eran mis primos y otros eran mis tíos. El marido de mi abuela era mi tío y mi abuelo era en realidad mi bisabuelo.
Con el tiempo se fue aclarando la situación.
Mi madre, Doña Ana Amelia Olave Olave era hija de soltera de mi abuela Doña Aída Olave Olave, quién a su vez era hija de Don Teófilo Olave Sáez y Doña Juana Olave Velázquez; quienes reconocieron a mi madre como hija para guardar las apariencias según las costumbres de la época.
Mi madre me decía que siempre escuchó que su padre era un joven vecino de mis abuelos (bisabuelos) de apellido Santander, lo que nunca pudo comprobar.
También me contaba que cuando ella nació en julio de 1939 mis abuelos (bisabuelos) vivían en un sector conocido como El Chacay en las alturas de Butamalal cerca de La Piedra del Águila.
También recordaba que pasó a ser la hija "regalona" de su abuela-madre porque la quería mucho.
Luego mi tía Aída (abuela) se fue a trabajar puertas adentro en Cañete para posteriormente trasladarse a Concepción dejando a su pequeña hija encargada con unos amigos en Cañete por el año 1948-49 lo que no le pareció apropiado a mi bisabuela Juana (abuela) decidiendo viajar a Cañete a buscarla.
Para el efecto viajó sobre la carga en uno de los tantos camiones que por esos años trasladaban la madera desde los distintos bancos aserraderos de la empresa española BIMA que arrasó con el bosque nativo en la Cordillera de Nahuelbuta.
Dada las condiciones técnicas de los camiones de la época y el mal estado del camino a Cayucupil en la curva que hacía a la derecha al término del Fundo Anique antes de cruzar el Puente Mellizos hacia Cañete ( se llamaba así porque eran dos puentes, según mi mamá) el camión volcó provocándole múltiples fracturas en su estructura ósea desde la cintura hacia abajo además de otras graves lesiones internas que le causaron la muerte un par de días después.
Aquella desgracia motivó que mi tía Aída (abuela) tal vez se sintiera responsable porque a contar de entonces donde trabajaba tenía a su pequeña hija con ella, pero luego conoció a Don Joaquín Fernández Opazo con quién se casó y se instaló a vivir en el sector El Porvenir en las alturas de Butamalal dejando a su hija en una casa particular como empleada doméstica.
Me resulta simpático el hecho que de la familia de mi tía (abuela) Aída su hija mayor Rosa Fernández Olave era mi tía y el resto eran mis primos.
También me resulta penoso recordar que mi tía (abuela) Aída nunca reconoció que mi madre era su hija a pesar de las evidencias y en especial que sus hijos varones le preguntaban para que lo confirmara, pero ella siempre lo negó; sin embargo eso era de conocimiento absoluto de familiares y amigos; pero aún así, nunca dijo: " sí , ella es mi hija.
A los 14 conoció al joven Luis Ernesto Flores Arriagada; quién, me aseguraba mi madre no le cayó nada de bien porque este muchacho hacía bromas irónicas o burlonas acerca de las mujeres.
Desconozco las circunstancias que causaron el enamoramiento de mi madre por mi padre, pero el amor que sentía por él era a toda prueba.
Se casaron el 03 de enero de 1955 y se instalaron a vivir en la "puebla" existente a orillas del camino a Cayucupil en el sector conocido como Puente El Carmen, frente al lugar donde vivían mis abuelos paternos. Allí vivieron 18 años hasta su traslado al sector de la naciente Población Larroulet; hoy Juan Pablo Segundo a fines de 1973.
Mi madre fue una mujer ejemplar, de mucho esfuerzo y que sufrió mucho con mi padre que era adicto al vino y la farra; pero aquello no amilanó esa entereza y temple que poseía, todo lo contrario le daba ánimo y fuerza para batallar con la vida con mas empuje por sus hijos y lo que "le pertenecía"
Dos anécdotas al respecto; sería como el año 1967-68 cuando apareció en Cañete una mujer que vagamente yo recuerdo, pero mi madre decía que era bien bonita y que fue la primera mujer con minifalda en Cañete, desconozco la forma que se hizo amiga aquella mujer de mis padres; pero llegaron a mi madre rumores de un romance con mi padre, y apareció una tarde ya oscuro por la casa diciendo que tenía un problema doméstico, recuerdo que mi madre la hizo entrar a la casa y la agarró a patadas que casi la mata, no quería calmarse, estaba enfurecida. Literalmente casi la mata. Al final le dijo: …"y ahora te vas de aquí"
En otra oportunidad sería como el año 1969-70 cuando mi padre estaba trabajando donde mi tía Aída (abuela) entonces vino con Temo (Artemio Fernández Olave) a vender carbón a Cañete y de regreso dejaron la carreta en el camino y pasó alguien que robó el saco con la "pulpería" (mercadería) lo que originó una tremenda pelea entre mis padres porque se culpaban mutuamente de lo acontecido.
Mi padre cuando maltrataba a mi madre no lo hacía gratis, también recibía lo suyo porque los puñetes no solo venían, sino que también iban.
Al final mi padre se fue enojado, algo golpeado y sin mercadería lo que ocasionaría un problema donde mi tía Aída.
Mi madre se instaló a orillas del camino y a cuanto carretero que pasó le encargaba cualquier dato que pudiera traer del bendito saco con la "pulpería".
Como a la semana pasó una persona que le dijo que en "Los Portones De Clarisa" alguien había encargado un saco con las señas entregadas por ella.
Viajamos hasta allá y efectivamente era el saco que tenía toda la mercadería; no faltaba nada así que de regreso nos vinimos en un taxi que venía de Cayucupil y al día siguiente mi madre lo embarcó con un carretero-carbonero que iba para el sector donde vivía mi tía Aída.
Mi madre, Doña Ana Amelia Olave Olave como no podía trabajar en una casa por mucho tiempo se especializó en el lavado de ropa, la misma que yo traía sobre mis hombros desde las casas y dos días después entregaba totalmente limpia y ordenada por mi madre, que para ello utilizaba primeramente su batea (artesa) y luego íbamos al "chorrillo" como le llamaba al estero El Carmen donde la enjuagaba para finalmente tenderla al sol en la loma de la parcela donde vivíamos para su secado.
Cuando el trabajo de lavado de ropa se ponía lento mi madre vendía su ropa a una conocida; la señora Josefina casada con Eloy Ramírez conocido en Cañete como "El Gato", quién le pagaba con mercadería.
Muchas veces he pensado que mi madre no recibió una retribución, especialmente de mi parte, que pagara en una mínima porción todo lo que ella sufrió y se esforzó por sus hijos.
Mi madre, Doña Ana Amelia Olave Olave tuvo 7 hijos en total; de ellos Humberto Domingo falleció el 02 de febrero de 1962 a la edad de un año y cinco meses a causa del sarampión, Claudio Alejandro nacido en 1968 falleció a la edad de 2 meses de neumonía y Anita María en mayo del año 2001 a la edad de 38 años de depresión.
Mi padre Don Luis Ernesto Flores Arriagada falleció en mayo de 1999 por causas naturales y mi madre Doña Ana Amelia Olave Olave falleció el 26 de mayo del 2000 a causa de un cáncer hepático.
Mi madre cumpliría hoy 26 de julio del 2024; si viviera, 85 años y estaría preocupada de cada uno de sus hijos y nietos.
Personalmente bajaré a la tumba con la certeza absoluta que no fui el hijo que ella pensaba que llegaría a ser.
(Columna originalmente publicada el año 2016, pero con nuevos antecedentes)
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