Debido a las inundaciones que afectaron Bangladesh en 1976, Muhammad Yunus ideó una fórmula para conceder pequeños prestamos a las personas afectadas, con el objetivo que pudieran volver a levantar sus viviendas.
En las décadas siguientes la iniciativa se afianzó y se convirtió en una alternativa de crédito para las familias más vulnerables, a tal punto que en 2005 el ex Secretario General de la ONU, Kofi Annan, definió los microcréditos como un herramienta fundamental para la emancipación de las mujeres y la lucha contra la pobreza.
En el país y según la Séptima Encuesta de Microemprendimiento del Ministerio de Economía, Fomento y Turismo, realizada el año pasado, existen cerca de 2 millones de personas con un microemprendimiento. De ellas, más de 230 mil han usado créditos, programas de gobierno o créditos de instituciones sin fines de lucro para financiar sus ideas de negocio. Durante el mismo 2023 y a través del Programa de Acceso al Microcrédito, el Fondo de Solidaridad e Inversión Social, FOSIS entregó más de 1.500 millones de pesos en subsidios a instituciones financieras, lo que permitió que 87.710 personas accedieran a créditos por un valor total de 50 mil millones de pesos.
A contar del pasado 12 de agosto y hasta fines de este mes, FOSIS ha vuelto a abrir las postulaciones al programa con la idea de poder apoyar a más de 4.200 personas durante el último cuatrimestre del año. Lo anterior, en respuesta a un desafío que se ha fijado el Estado y particularmente el Gobierno del Presidente Gabriel Boric de establecer alianzas público-privadas para que miles de personas emprendedoras tengan la oportunidad de mejorar su calidad de vida y la de sus familias, accediendo a la posibilidad de obtener microcréditos para iniciar o potenciar sus emprendimientos, con montos que van desde los 70 mil a los 500 mil pesos.
FOSIS, junto con realizar una preselección de los postulantes entregará un subsidio a las entidades de microcrédito con el fin de cubrir los gastos operacionales que implican este tipo de transacciones y que de por sí son una barrera infranqueable para miles de familias que los imposibilita de acceder a créditos en el sistema oficial. Si bien en Chile los préstamos informales rondan el 3% y se eleva al 7% en el grupo etario entre los 35 y 54 años, casi un 25% de ellos señalan que optan por esta alternativa, pues la consideran su única opción. De ahí la importancia de potenciar este tipo de estrategias que no solo brindan una oportunidad de financiar emprendimientos a las familias que son excluidas del mercado regular, sino también evitar la usura y los problemas de seguridad asociados al sistema no formal.
Gentileza: Patricio Fierro Garcés / Abogado / Director Regional FOSIS Biobío
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