Según la opinión de los expertos, cualquier acción, actividad o rutina, que sufra un cambio radical y al mismo tiempo repentino en la vida de las personas, provoca trastornos de diferente índole, lo cual resulta muy complejo de asimilar, aceptar y a veces acatar.
Esta trágica y devastadora pandemia de Covid 19, nos ha tocado el alma en lo más profundo y ha puesto a prueba al ser humano en todas sus expresiones, dejando de manifiesto sus fortalezas y también sus debilidades. Desde el punto de vista sanitario, nos ha golpeado brutalmente, porque a pesar de estar viviendo en un mundo con altísimo grado de tecnología, este virus le está ganando la batalla a la ciencia y a la medicina.
No obstante esta pandemia, ha desnudado las fragilidades de la gente en aspectos tan básicos como la responsabilidad, la obediencia, el respeto, la tolerancia y la disciplina. Hemos mostrado una actitud que demuestra con absoluta evidencia que no estábamos preparados para hacerle frente. La ley de Dios dice, que el hombre fue creado para vivir en sociedad y con libertades propias de la inteligencia humana. Sin embargo en estado de excepción y catástrofe, debemos acomodarnos y someternos a las circunstancias.
En Chile, la cuarentena ha sido realmente un karma para la población, reconociendo que nuestra mentalidad y manera de ser ha jugado en contra, sobre todo al momento de cumplir con las exigencias que han sido impuestas por la autoridad y que además son necesarias en este tipo de situaciones. Definitivamente el encierro y las restricciones de movimiento, no son aliados del chileno y esto nos invita a reflexionar sobre lo que tanto se ha dicho de nuestra esencia. Los chilenos, somos buenos para desafiar las normas y por muy catastrófico que sea el momento, no hace caso o tiene la tendencia de pasarse de listo. Para algunos sectores de la población, decir que la salud es lo más importante, pareciera ser solo una frase cliché. Hay gente que no entiende o no quiere entender, que esta pandemia se ha apoderado de nuestras vidas y todos sin excepción, estamos a su merced, cuesta aceptarlo, pero la realidad es más evidente, quienes se niegan, se hacen daño a sí mismos y lo que es peor, ponen en riesgo a los demás.
No cabe duda que resulta difícil convivir con una nueva rutina, la cual trae consigo muchas dificultades en la vida diaria. Convengamos que las cuarentenas aunque necesarias estas sean, provocan trastornos en el hogar, en el trabajo, en la actividad económica y comercial, en la recreación y entretenimiento. Todas estas actividades involucran directamente a las personas y su grupo familiar y en estos casos el equilibrio emocional y la tolerancia son fundamentales para afrontar esta anormalidad. Sabemos que se hace lo posible para contener al máximo las repercusiones de esta pandemia, pero también es cierto que se puede hacer más, para ello se debe tomar conciencia que el combate para derrotar al virus, requiere del compromiso de todos. De nada sirve minimizar el problema o tomarlo con liviandad, acá es indispensable, la responsabilidad y el respeto a las extraordinarias circunstancias que estamos enfrentando, solo así podremos salir airosos.
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