Este sábado Cañete amaneció en cuarentena y como experiencia nueva en la comuna me imaginaba una jornada tranquila y silenciosa, pero ¡sorpresa!, durante las primeras horas de la mañana se observó un interminable transitar de vehículos en dirección al norte.
Esto no me lo contaron, porque pasan por la calle donde vivo. Iban casi en caravana, como si en alguna parte les estuvieran pasando lista. ¡Por favor vecinos! Pensemos que esta cuarentena abreviada es tan sólo un ensayo, que nos está preparando para cuando nos pongan en cuarentena total e indefinida, que es el premio que nos espera, si aún no somos capaces de acatar las medidas sanitarias.
Para no llorar en cuarentena, nuestras autoridades nos consuelan con los permisos temporales, pero no fomentan el evitar su uso y como el chileno es bueno para la calle, siempre encontrará alguna excusa, legítima o no para sacar uno y salir a dar una vueltecita. La pandemia, a pesar de haber sido una de las clases más prolongadas que hemos recibido como sociedad, no ha tenido la capacidad de fijar en nuestra mente el sentido de responsabilidad y aún no hemos aprendido el uso correcto del permiso temporal, que debe ser en forma responsable, dosificada (no es obligación usar todos los que nos otorgan) y para actividades estrictamente necesarias.
En pandemia no vale seguir haciendo las cosas tan a la chilena, debemos sacarnos de la cabeza la idea de: ¿Por qué hacerlo bien, si lo podemos hacer mal?
Después, no andemos con el lloriqueo, ni reclamando que la cuarentena se ha prolongado tanto. El levantamiento de ésta no ocurre por milagro, ni se dicta por Decreto Supremo, su duración depende solamente del buen o mal comportamiento ciudadano de cada uno de nosotros, mientras estemos bajo esta medida.
"LA MEJOR SALIDA DE UNA CUARENTENA, ES NO ENTRAR A ELLA, ASÍ QUE A PONERSE EN CAMPAÑA, PARA NO TENER QUE DECIR PERMISO... QUE ESTOY EN CUARENTENA"
EVITARLA… AÚN ES POSIBLE
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