Daniel Pérez Cortés, penquista con exitosa carrera en Santiago, pero que sigue pensando en su región, nos privilegiará con sus columnas a partir de hoy; columnas desde las cuales quiere aportar con el "fortalecimiento de nuestra identidad local". Y parte con un hecho, que si bien lleva un tiempo de publicado, es prácticamente desconocido y poco aprovechado por la zona aludida, la Isla Mocha.
En Agosto de 2014 El diario español El Mundo publicó 5 destinos mundiales que fueron inspiración de conocidas joyas literarias (leer acá). Aparecían entre esos "Los Miserables" de Víctor Hugo (Isla Guernsery) y La Odisea de Homero (Isla Ithaca). Pero más destacaba el hecho de que los 2 primeros correspondían a Chile. El Archipiélago Juan Fernández que sirve de locación a las aventuras de Robinson Crusoe, el Náufrago que Daniel Defoe creó y en Segundo y destacado lugar la Isla Mocha por los escritos sobre el gran cachalote albino conocido como Mocha Dick que servirían de base para el relato de Moby Dick.
Interesante que se destacara en el extranjero a la Isla Mocha como destino digno de conocer por la novela que la relaciona a la literatura, aunque esto no es nuevo, menos para quienes viven en la Provincia o territorio de Arauco pero sirve para demostrar cómo se puede romper la lógica de aislamiento, de insularidad a través de los relatos y de resaltar la identidad de cada zona.
No se debiera visitar la Isla Mocha sin enterarse de la Historia de Mocha Dick o de los trempulcahue y las travesías funerarias en Wampo hacia la Isla. La pregunta que surge es si realmente esa identidad está divulgada. Una cosa es que esté protegida, documentada y formalizada, pero otra cosa es que salga del ámbito académico y se instale en el relato cotidiano, familiar, de camaradería. Que sea tema local de conversación, espontaneo, natural. Tiene más impacto recibir esta información a modo informal por alguien local a modo de relato, que por ejemplo leerla en un panel informativo.
Pero volviendo a las Islas y el poder inspirador que tienen, creo que el territorio en su conjunto tiene características de Insularidad que permiten contener su identidad, conservarla y en lo posible transmitirla pero reitero de manera natural no meramente institucional. Una colección de objetos antiguos dentro de una sala de museo debe poder contar una historia, un relato, si no hay relato es solo una manera más elegante de guardar objetos sin uso. El que simplemente se conserven los objetos no es identidad o patrimonio, la identidad y el patrimonio lo transmitimos en lo cotidiano en nuestras conversaciones que reflejan de dónde venimos (nuestra identidad e historia) y adónde vamos (lo que lograremos aportar interpretando nuestro identidad).
Recorrí hace unos meses y por algunas horas la mítica Isla Mocha lo hice acompañado de Eugenio Salas, conocedor de este territorio y que hace unos días sacaba titular en este medio por un nuevo libro. Recorrimos y conversamos la Isla y aprendí in situ que los relatos patrimoniales son lo más importante, las historias vivas, ese es un patrimonio de altísimo valor que puede y debe ser multiplicado.
Ojala que cada uno pueda valorar su entorno y los relatos propios de cada zona, los conozca, recupere y converse esas historias de antaño que están en nuestras familias y así veremos cómo tenemos temas de conversación de sobra para que no vengan de afuera a contarnos nuestras historias, a destacar nuestros destinos pues debiéramos ser los primeros en resaltar nuestras propias Islas Inspiradoras, Islas Inspiradoras que están en abundancia en nuestro territorio.
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***