Sin duda han sido días de discusión y controversia sobre la obra de FIDEL CASTRO, las visiones contrapuestas quizás nunca se reconcilien y es de esperar que la historia nos ayude a entenderlo mejor. Historia que se escribirá de a poco con pequeñas y valiosas experiencias personales, como la que nos cuenta hoy Homero Altamirano:
Corría el año 1959 y yo vivía en Talca, donde fui a cursar la Secundaria o Enseñanza Media como se conoce hoy. Allí vivía mi papá, el profesor Ricardo Altamirano A. Eramos seguidores de la Onda Corta en la Radio única forma en ese tiempo de escuchar las radios de Santiago y recorrer las ondas del éter que traían emisiones de todo el mundo. Allí captábamos radios en variados idiomas y algunas que trasmitían en español. Cierto día mi padre nos cuenta que hay emisiones de una radio llamada Radio Rebelde que vienen desde la Sierra Maestra en Cuba, donde un grupo de guerrilleros comandados por Fidel Castro se han alzado contra el dictador que impera en la isla por varias décadas....¡¡¡VAMOS A BUSCARLA!!! Dijimos entusiasmados y nos pusimos Manos a la obra.. Después de muchos intentos, logramos captar la Radio Rebelde y nos fuimos enterando de los avances de la guerrilla. Desde entonces he sido seguidor y admirador de Fidel y de su gente. Nos enteramos con alegría que el 1 de enero de 1960 el dictador habia sido derrocado y huído del país al amparo del Gobierno Norteramericano y del dictador español Franco.
Seguimos escuchando la radio que luego se llamó Radio Habana Cuba y nos fuimos enterando de los avances de la Revolución, de las expropiaciones de las haciendas e industrias de los gringos, de la Reforma Agraria, del castigo de los esbirros de Batista culpables de horrorosos crímenes, de las sabrosas canciones de Carlos Puebla y sus Tradicionales....¡¡¡¡Se acabo la diversión... llegó el Comandante y mando parar!!!!.
Mandé una carta a la Radio Habana , informando de nuestra escucha y al poco tiempo recibí respuesta, estableciendo un contacto que duró varios años, durante los cuales recibí libros y ejemplares de la revista Bohemia. Entre los libros estuvo la edición de las Décimas de Violeta Parra publicado por Casa de las Américas muchos años antes de ser publicadas en Chile. Todo ese material se perdió luego del Golpe de estado en Chile......
Ayer vi el homenaje a Fidel en la Plaza de la Revolución y escuché a Gobernantes y representantes de variados pueblos del mundo entre los cuales destacaron intervenciones de países árabes, africanos, asiáticos y americanos que recibieron el apoyo incondicional de Cuba el sus luchas de liberación. Que “ los pequeños y segundones de la vida”... como dice Martí, no logran comprender en su miseria.
Tuve la oportunidad de compartir con las legiones de cubanos que participaron en la liberación de los pueblos africanos sometidos a un colonialismo ignominioso por las potencias europeas, en el plano militar primero y en la construcción de una patria nueva después. Llegué a Mozambique en agosto de 1978 como cooperante primero y como integrante de un proyecto de las Naciones Unidas después, y conocí a decenas de compañeros cubanos que apoyaron en el plano militar a los ejércitos de liberación de Mozambique, de Angola, de Zimbabwe, de Namibia, Botswana y del Congo. Y que después contribuyeron a la construcción de una nueva vida para esos sufridos pueblos con brigadas de técnicos en agricultura y ganadería, alfabetizadores, Médicos y personal de Salud, técnicos pesqueros, etc.
Desafiando los criminales bombardeos de los mercenarios contratados por rodhesianos y sudafricanos, contra el territorio mozambicanos, ayudaron a formar los grupos guerrilleros que lograron la independencia de Zimbabwe liderados el Frente Patriótico.
Mi admiración por Fidel Castro y los de compañeros cubanos que han sido parte de este proceso, es incondicional y en el homenaje rendido ayer demuestra que este sentimiento es compartido por miles.
En enero de 1979 participamos en Mozambique, con otros compañeros Chilenos, entre ellos Rafael Rojas, en una celebracion del triunfo de la Revoluciony presentamos estos poemas mezclados con canciones de Carlos >Puebla...
Un son para Cuba
(Pablo Neruda - Quilapayún)
Si el hondo mar callaba sus dolores
las esperanzas levantó la tierra
éstas desembarcaron en la costa
eran brazos y puños de pelea.
Fidel Castro con quince de los suyos
y con la libertad bajó a la arena
bajó a la arena,
Fidel,
con la libertad,
Fidel.
La isla estaba oscura como el luto
pero izaron la luz como bandera
no tenían más armas que la aurora
y ésta dormía aún bajo la tierra.
Las madres despidieron a sus hijos
el campesino relató su pena
y el ejército libre de los pobres
creció y creció como la luna llena.
Mientras que el movimiento de los libres
movía como el viento las praderas
sacudía los surcos de la isla
surgía sobre el mar como un planeta.
Fidel Castro con quince de los suyos
y con la libertad bajó a la arena
bajó a la arena,
Tengo (Nicolas Guillén)
Cuando me veo y toco,
yo, Juan sin Nada no más ayer,
y hoy Juan con Todo,
y hoy con todo,
vuelvo los ojos, miro,
me veo y toco
y me pregunto cómo ha podido ser.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de andar por mi país,
dueño de cuanto hay en él,
mirando bien de cerca lo que antes
no tuve ni podía tener.
Zafra puedo decir,
monte puedo decir,
ciudad puedo decir,
ejército decir,
ya míos para siempre y tuyos, nuestros,
y un ancho resplandor
de rayo, estrella, flor.
Tengo, vamos a ver,
tengo el gusto de ir
yo, campesino, obrero, gente simple,
tengo el gusto de ir
(es un ejemplo)
a un banco y hablar con el administrador,
no en inglés,
no en señor,
sino decirle compañero como se dice en español.
Tengo, vamos a ver,
que siendo un negro
nadie me puede detener
a la puerta de un dancing o de un bar.
O bien en la carpeta de un hotel
gritarme que no hay pieza,
una mínima pieza y no una pieza colosal,
una pequeña pieza donde yo pueda descansar.
Tengo, vamos a ver,
que no hay guardia rural
que me agarre y me encierre en un cuartel,
ni me arranque y me arroje de mi tierra
al medio del camino real.
Tengo que como tengo la tierra tengo el mar,
no country,
no jailáif,
no tenis y no yacht,
sino de playa en playa y ola en ola,
gigante azul abierto democrático:
en fin, el mar.
Tengo, vamos a ver,
que ya aprendí a leer,
a contar,
tengo que ya aprendí a escribir
y a pensar
y a reír.
Tengo que ya tengo
donde trabajar
y ganar
lo que me tengo que comer.
Tengo, vamos a ver,
tengo lo que tenía que tener
Homero Altamirano
30 de Noviembre de 2016