Esta columna fue publicada hace mas de 10 años y por culpa de los duendes informáticos se extravió al poco tiempo, y por años me dediqué a buscarla entre mis archivos hasta que al fin obtuve mi recompensa y la encontré. Tal vez hoy haya algunos datos erróneos (espero que no) pero es republicada tal cual lo relató Elena del Carmen Vazquez Cisternas en su momento.
Don Sinforiano Vázquez y Familia
Bastó ver un nombre y una fotografía en alguna parte de la red para que los recuerdos vinieran a la memoria cual rocío al prado por la mañana y se dibujaran rostros e imágenes ya dormidas por el tiempo pero que están llenas de historias de personas amadas y respetadas, y que en el andar por la vida han dejado una huella indeleble en la de muchas personas a veces ajenas a su entorno familiar; pero a quienes el recuerdo de aquellas les hace ser agradecidas de la vida y las circunstancias que los unieron.
Tal es el caso de la familia Vázquez-Cisternas compuesto por don Sinforiano Vázquez, su esposa Ana Cisternas Vergara y sus hijos a quienes conocí siendo muy niño y que todavía recuerdo con gratitud.
Quise saber algo más de aquel hombre muy correcto según lo comentaban mis padres en mi casa; y para ello me puse en contacto con una de sus hijas para pedirle una reseña más íntima del hombre y del padre.
Aquí están los recuerdos de su hija Elena:
Francisco, recuerdo a mi padre como una persona muy cariñosa y correcta, siempre preocupado de sus hijos que fueron 13 en total, además nunca tuvo una pelea o discusión con mi madre por lo que ellos fueron un matrimonio ejemplar.
Tal como tu recuerdas la mesa era grande, siempre comíamos todos juntos y sin pelear ni comer mal, también se preocupaba de las tareas escolares y lo que más recuerdo era cuando nos tomaba las tablas de multiplicar uno por uno , le teníamos un respeto muy grande, pero no era de los padres que pegaban ni profería malas palabras, solo decía las cosas una vez y eso era una orden para nosotros.
Personalmente para mí, nuestro padre fue un hombre íntegro quién pesar de los pocos recursos que poseía deseaba que todos estudiáramos algo, además sé que mucha gente antigua de Cañete lo recuerda por su capacidad de entender y aconsejar.
Se casó con nuestra madre Ana María Cisternas Vergara en el 14 de marzo de 1941, y según cuenta una anécdota muy simpática que a ella que se había criado con su abuela materna, cuando fueron a pedir su mano, esta le dio unos escobazos, tal vez fue por el miedo a quedarse sola; no lo sé.
Mi papá vivía en el sector conocido como Puente Largo camino a Piedra del Águila y ella en el sector de Chacay, lugares distante alrededor de dos horas desde Cayucupil en Cañete.
Su primer hijo, Santiago nació allí en el campo el día 4 de septiembre; le siguieron Luzvenia, Moncho y Aly. Lamentablemente Luzvenia falleció en el campo pues no alcanzaron a “bajarla” a Cañete.
Mi padre entró a Carabineros de Chile el 6 de abril de 1948 y fue destinado a Arauco donde nace Any, estuvo como tres años en Arauco y es trasladado a Curanilahue adonde llegó el 31 de marzo de 1950, allí nacen Víctor, Nena, Omar, Lali y Juany, estando 10 años aproximadamente allí, luego en octubre de 1959 es trasladado a Cañete donde nace Quique, María Angélica y Carlos Alberto.
Mi padre era mi héroe, su consejo era siempre corto y preciso y en la época de pololeo no permitía que lo hiciéramos a escondidas para que nadie tuviera la oportunidad de inventar chismes y poder estar siempre con nosotros.
Ahora te contaré de sus hijos de mayor a menor,
Santiago, Carabinero en retiro con tres hijas casadas y un hijo. Vive en Hualqui.
Moisés, Marino retirado casado una hija y una nieta. Vive en Talcahuano.
Alicia que vivió 35 años en Brasil pero ahora está en Chile. Tuvo un solo hijo que falleció en un accidente.
Luzbenia fallecida a los dos años de edad
Ana Genoveva, casada con un cañetino; dos hijos todavía solteros. Estudió enfermería pero dejó de ejercer la profesión cuando fue madre. Vive en Maule.
Víctor Lupercio, Director de la Escuela de Tranaquepe, tres hijos casados y dos nietos
Elena del Carmen, casada; dos hijos, dos nietos. Vivo en Chillán. Jubilada.
Héctor Omar, Carabinero en retiro, dos hijas casadas y tres nietos. Vive en Chillán
Elsa Gladys; dos hijas solteras y un hijo también soltero. Vive en Quidico.
Juana Ester, un hijo y una hija soltera. Vive en Cañete.
María Angélica, casada vive en Cañete con tres hijos y una nieta.
Daniel Enrique, retirado de Carabineros, tres hijos, una hija y tres nietos. Vive en Arica.
Por último el bebé Carlos Alberto, Carabinero activo en Cañete, dos hijos y un nieto.
Mi padre se retiró de Carabineros de Chile el 1 de enero de 1974 con el grado de Sargento 2do.
En julio de 1991 en la Sede de Carabineros en Retiro celebramos sus Bodas de Oro reunión en la que estuvimos sus 12 hijos y nietos.
Finalmente falleció el 20 de junio de 1992 de un problema vascular. Le sobreviven 12 hijos, 29 nietos y 18 bisnietos.
Y mi madre, ella vive en Cañete con su hijo menor a sus casi 90 años y está muy bien.
Por último; te diré Francisco que nuestros padres son lo mejor que la vida nos ha entregado, que su ejemplo y dedicación es lo que ha señalado siempre el rumbo correcto en la senda que nos ha correspondido y hemos tratado de imitar en la nuestra.
Gracias por la oportunidad de agradecer todo cuanto hicieron por nosotros.
Elena Vázquez Cisternas
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