Miles de trabajadores del Holding Arauco, viven en estos días la angustia de un eventual despido. La empresa ha anunciado la reducción de 1,000 trabajadores del segmento ejecutivo. Son personas no sindicalizadas por quienes nadie hará una protesta o algo parecido.
Se irán en silencio, sin homenajes ni agradecimientos. Durante años rindieron a la empresa el culto a la lealtad y la dedicación absoluta, pero eso solo se paga con la remuneración mensual, y los tiempos actuales, dicen, han afectado gravemente las utilidades de sus propietarios, la familia Angellini. Las cifras indican que aun cuando las ventas totales llegan a los US$ 4.700 millones anuales, las utilidades para este año solo alcanzarán los US$ 220 millones, es decir $ 146.000 millones anuales, o sea $ 12.000 millones mensuales, cifra insuficiente para las expectativas del Holding Angellini.
Los desvinculados tendrán dificultades para encontrar otra ocupación, dada la situación de la región y del país. Y muchos enfrentarán el cambio drástico entre el "full trabajo" y la desocupación laboral… Muchos organismos estatales, preparan durante un año a sus trabajadores que se jubilan. En Arauco, la adaptación se vivirá en menos de una semana. Se afectará la educación de los hijos, el plan de salud, la compra de un auto, la vivienda, etc. Los temas propios de la clase media chilena, que lucha por progresar, que basa todo en el esfuerzo personal, que no sabe del "Estado Solidario"
Dificilmente, algún parlamentario expresará su preocupación a la empresa, si hasta los de izquierda reciben sus aportes generosos (como publicó Revista Que Pasa hace 3 meses). Y más allá de una nota interior en la prensa, dejará de ser noticia en pocas semanas.
El Holding seguirá siendo un gigante, los Sindicatos atenderán los temas de sus asociados, y estas 1.000 familias vivirán su proceso en silencio y con la solidaridad exclusiva de sus familiares más cercanos.
En la historia del gigante en Arauco, estos trabajadores solo serán uno más, en la lista de "leales colaboradores" que quedaron atrás. Antes fueron contratistas, transportistas, etc.
Y no nos confundamos, estos gigantes, con todas sus limitaciones en generosidad social, son realmente necesarios.
Todo lo anterior, en la misma tierra araucana, en que alguna vez hizo empresa Isidora Goyenechea de Cousiño, la mujer que construyó hospitales, albergues, hornos de piedra, barrios y casas modernas y tanto más para sus trabajadores, constituyéndose hace mas de 100 años, en el mejor ejemplo de solidaridad social empresarial. Y sin Sindicatos al frente! La Isidora que legó la mitad de su fortuna a obras sociales. La Isidora que no solo atendió a las familias de los trabajadores, sino que además creo “La Gota de Leche” y el “Desayuno Escolar” que iba en beneficio de todos lo niños de Lota.