Hay algo cierto, si el gobierno quisiera mañana mismo cambia el sistema previsional, suena tan fácil como tomar el teléfono y "cuadrar" a sus parlamentarios, así de sencillo es para el oficialismo teniendo la mayoría, pero la verdad es que no existe voluntad política ni mucho menos valor por cambiar una realidad que supera todas las ficciones.
La pregunta real es: ¿es tan sencillo? probablemente no, y pese a que le encante hablar mal del sistema, que es injusto, que se creó en dictadura y más, lo cierto es que el problema es mucho mayor de lo que se expresa y siendo bien honestos, no está la voluntad para cambiar un sistema que quiéranlo o no, les acomoda. Por cierto, se torna contradictorio que los honorables que salen a marchar son los mismos que apoyan la creación de una AFP Estatal, que a secas no cambia ni soluciona absolutamente nada.
Por eso resulta extraño que se le atribuya todo lo negativo a José Piñera, cuando señalo que el sistema es "perfectible", frase que se usó como algo cómico pero que después de todo da a entender que el sistema da espacio de mejoramiento; pero algo que omiten los más radicales que apoyan la eliminación total de la capitalización individual, es que una estructura previsional implica años para que se vean sus resultados, no se soluciona de un día para otro y este dato gravitante no ha sido transmitido a la ciudadanía.
En este contexto existe un fenómeno preocupante, el "absolutismo de la verdad" en virtud del cual las personas creen que solo lo que ellas plantean (como una gran cantidad de gente en una marcha por ejemplo) es la verdad pura, la única visión válida y no tan solo eso sino que lo que piensan los demás es estúpido por lo tanto hay que destruirlo literalmente e incluso insultarlo; eso no lo podemos aceptar como sociedad.
Lo anterior, fenómeno y resultado de años que no se ha escuchado a la ciudadanía, en que los parlamentarios no han escuchado a sus electores, pero seamos justos con también la pasividad cívica de la población, pero existe un refrán "El poder corrompe hasta el más nobles de los hombres" y lo hemos visto en Chile y en el mundo, donde parece que una solución a esto es limitar el poder, un fin a la reelección ilimitada, sino se convierte en una Dictadura "autorizada" y el mejor ejemplo es lo que pasa en Bolivia con Evo Morales, Venezuela con Maduro o el clásico ejemplo de los hermanos Fidel y su “romántica” revolución, y añeja por lo demás.
Por eso debe existir una renovación responsable en la clase política, responsable en el sentido que no basta con que llegue gente joven al Congreso o a las municipalidades ahora en octubre, sino que es necesario que surjan personas con ideas pero que estén aterrizadas en proyectos claros con metas reales y tangibles, que surjan nuevos partidos políticos, jubilar a los dinosaurios de la política que lo único que hacen es quitarle la oportunidad a personas que realmente puedan aportar, somos un país que envejece rápido, somos incapaces de levantar nuevos personajes políticos, es decepcionante ver que para las próximas elecciones presidenciales los candidatos con más futuro sean Sebastián Piñera, Ricardo Lagos o Alejandro Güillier, lo más parecido a la mandataria actual, su capital político es la imagen, porque de ideas no ha dicho mucho.
Necesitamos un recambio y creer en las nuevas generaciones, terminar con las fábricas de alcaldes vitalicios, la comunidad debe exigir candidatos serios y no votar porque "lleva tiempo y sabe cómo funciona el sistema", así como el Congreso fomentó la ley de cuotas que ahora se ponga los pantalones y apoye la prohibición de la reelección indefinida; de esta forma prevenimos los vicios que significa que una persona sea 12 años Alcalde o concejal y para que decir en el Parlamento, dónde ahí sí que se tientan y como niños mimados no quieren dejar su jueguito favorito.
Que se espera al menos, una reelección como máximo y la imposibilidad de volver a ser Presidente de la República, si realmente queremos cambiar la realidad debemos atrevernos no tan solo a marchar sino que dar vuelta el tablero y la mayor lección ciudadana es involucrarnos en el juego. Hay que ir a votar, e informarnos lo máximo posible, votar por quienes les mueva el trabajo y no el poder, que sea la voluntad popular la que en esta ocasión y tal como el meteorito que extinguió a los dinosaurios hace miles de años saque ésta vez a los dinosaurios de la política.
Chile cambio como le gusta decir a la Presidenta, pero con estas realidades claramente nos damos cuenta que no hemos alcanzado ese tal cambio.
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