Decíamos que frente al desafío que significa el traslado de nuestra provincia de Arauco a otra región como lo propone el Consejo de Expertos de La Moneda, medida que afectará fuertemente el futuro de los habitantes de este territorio, se nos presenta como alternativa elevar urgentemente como contrapropuesta la creación de una región propia que se llame REGION DE ARAUCO.
Sin duda esta propuesta puede lograr remover los espíritus y voluntades en una provincia donde por el momento este tipo de ideas se expande muy lentamente ya que no existen canales de participación activos que muevan a la comunidad con la celeridad que este caso requiere. Estamos acostumbrados a que casi todo lo que aquí se logra avanzar proviene fundamentalmente de acciones que surgen de los Municipios y de los organismos del Estado que se encuentran ligados al centro regional de decisiones que dependen de Concepción. Pero ya vemos que frente a esta noticia ellos todavía no han reaccionado.
Es precisamente ese nexo que une a Arauco con Concepción (porque compartimos todavía a la región del Bío Bio), el que se estaría cortando con la propuesta a nivel presidencial, llevándonos a depender ahora de Temuco o de Los Ángeles, aunque internamente en la provincia ha surgido una respetable propuesta que propone compartir nuestro futuro regional con la provincia de Malleco. Lo definitivo es que el gobierno debe transformar a la provincia de Concepción en Región Metropolitana y para lograrlo los expertos buscan deshacerse de nuestra provincia de Arauco.
Profundizando en nuestra propuesta de crear la nueva REGION DE ARAUCO, primero conviene mirar lo que tenemos como provincia y que en muchos aspectos nos diferencia del resto de las regiones otorgándonos personalidad propia. Estos son elementos que nos unen, nos identifican, nos hacen ser singulares y que nos permitirán dialogar, buscar consensos, acordar, y lograr la sabiduría necesaria para organizarnos como nueva región, con todos los derechos y obligaciones que ello significa. Porque adoptar esta contrapropuesta ante el gobierno será una decisión seria y definitiva que comprometerá a todos los habitantes de Arauco, los araucanos de hoy, desde el más antiguos hasta el recién nacido.
Bien sabemos que en nuestra provincia tenemos casi de todo: una cordillera propia que es una de las más antiguas del mundo; un mar generoso que entrega la mayor parte de la pesca fina del país, mariscos y algas de exportación; dos islas: La Mocha y la Santa María que deberemos recuperar para el turismo de alto nivel; los dos primeros lagos del sur de Chile: el cálido Lanalhue y el intocado Lleu Lleu; diversos ríos y lagunas que compiten entre sí con bellos paisajes; diversos valles que forman microclimas únicos donde se puede producir de todo, desde papayas, duraznos, manzanas, uvas, peras, membrillos, cerezas, berries, las mejores papas de Chile, hortalizas, ganadería y sus productos de todo tipo, y donde se puede crear un vergel que abastezca de alimentos limpios al resto del país; quebradas y bosques nativos con productos potentes como las nalcas, el maqui, el boldo, la murtilla, los hongos para la alta gastronomía donde se une los mejores productos del bosque con los productos del mar; artesanías de exportación; un turismo tradicional, multicultural e histórico único; la minería; una gran historia con personajes nacionales, y muy especialmente el valor de nuestra gente en los más distintos ámbitos, con una juventud soñadora que lamentablemente por ahora debe irse a otras regiones a estudiar y hacer sus vidas, con escritores, artistas y poetas, productores, empresarios y trabajadores, y una tercera edad que conserva la sabiduría y lo mejor de las tradiciones chilenas. Estas son las grandes fortalezas con las cuales hemos sostenido esta provincia y hemos enfrentado múltiples desafíos y dificultades como fueron los dos mega terremotos de los últimos cincuenta años.
Singularidades de la provincia y de su gente que deben ser consideradas para mirar a Arauco como un territorio y una ciudadanía diferente que tiene el derecho a pensar y desarrollarse en forma propia. Son parte de las potencialidades de la provincia de Arauco, humanas y naturales, propias y presentes, que están esperando ser explotadas al máximo si logramos contar directamente con recursos y una administración centralizada en la misma provincia o nueva región, elegida por nosotros mismos.
Por eso es importante este momento pues se nos presenta la gran oportunidad de realizar nuestros sueños comunes sin tener que hacer lobby o esperar a que autoridades exógenas continúen tomando las decisiones por nosotros para hacerlos realidad.
En definitiva, a estas alturas del desarrollo de Chile necesitamos tener una región aparte, que tenga financiamiento directo del Presupuesto Nacional y que tome soberanamente sus decisiones en busca de un mayor desarrollo interno.
Nuestras singularidades y potencialidades, nuestras propias fuerzas y voluntades comunes son tan ancestrales que sabemos muy bien que nadie las puede destruir ni neutralizar. La historia de nuestra provincia es fundacional de nuestro país. No olvidemos que Arauco es el crisol donde se fundió nuestra raza chilena. Arauco no puede seguir viviendo de penas y esta es la oportunidad que tenemos los araucanos para hacerla renacer definitivamente, con la sabiduría de los viejos y la fuerza de los jóvenes. Entre todos, ciertamente, debemos crear la base que formulará esta propuesta alternativa al poder central.
Como siempre he dicho en estas páginas, el futuro de nuestra provincia de Arauco solo depende de sus propios hijos.
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