Siempre me impresionó su pasión por la radio y el micrófono, desde sus comienzos demostró su amor por ese medio de comunicación, lo que le permitió mantener contacto permanente con La gente, auditores fieles a sus programas en la radio Millaray primero y luego en la radio Revelación, ambas emisoras de su querido Cañete.
Su cercanía con la comunidad a través del micrófono, le dio la posibilidad de hacerse conocido y popular especialmente en los sectores rurales, donde sus programas tenían gran sintonía. Fue perseverante, con un tremendo entusiasmo en hacer de la radio un instrumento de servicio social, cumpliendo el principal rol de la radio, que no es otro que informar y entretener.
Generalmente gozaba de buen humor, lo que le favorecía para hacerse de amigos y cautivar a sus auditores. No cabe duda que Pedro Mendoza Opazo, está en la historia radial de Cañete, con méritos suficientes para ocupar una página importante.
Fuimos durante varios años colega y compartimos muchos momentos tanto profesionales como en la vida diaria, con gran disposición para cooperar en lo que se le solicitara, locutor de todos o casi todos los espectáculos artísticos que se realizaban, voz oficial de actos cívicos o culturales. Su entusiasmo era contagioso y no le importaba estar todo el día detrás de un micrófono. Mientras estuvo enfermo nunca perdió las esperanzas de volver a trabajar, pero lamentablemente no pudo hacerlo.
Descansa en paz estimado Pio Mendoza, mis más profundas y sinceras condolencias a su familia.