Felipe Mora, estudiante y dirigente de su casa de estudio (PUC), oriundo de la provincia de Arauco nos entrega su visión de nuestra realidad provincial:
La provincia de Arauco es una zona que siempre es olvidada, siendo que en esta zona pereció Pedro de Valdivia, es una zona en donde el promedio de escolarización es de 8 años uno de los más bajos a nivel país. Para el terremoto del 2010, en Los Álamos, comuna de la provincia, se derrumbó la municipalidad, se tardaron 9 años y fracción en volver a reconstruirla, casi 10 años en reconstruir el lugar de trabajo del alcalde, la persona más importante de su respectiva comuna, si en la zona se tardan casi 10 años en reconstruir la casa del alcalde ¿Qué queda para quienes no lo son?
Hace algunas semanas en la provincia de Arauco volvió a ocurrir un macabro atentado terrorista, para quienes somos de la zona, ya es pan de cada día sucesos de estas características. A principios de año, en febrero ocurrió un atentado, fue quemado un fundo en Lautaro, al día siguiente, políticos estaban exigiendo el estado de sitio para la zona, esto porque la casa de quien fue quemada era de Carolina García, prima de un diputado y también cuñada de otro, a causa de ello la clase política, con una inusitada voluntad laboriosa, empezó a exigir el estado de sitio, porque quien fue afectada por el atentado es parte de la “elite”, el sistema funciono como nunca sucede.
Sin embargo cuando son los “otros” los afectados, el estado y sus funcionarios se limitan a presentar querellas, como sucedió en el acto terrorista de hace algunas semanas, en otros hechos de violencia, como el asesinato de un joven de 21 años llamado Moisés Orellana en Cañete, sin mostrar resistencia, casi ninguna autoridad mostro su presencia en la zona, los diputados del distrito se esfumaron, el señor Monsalve que lleva 16 años en su cargo, brillando por su ausencia o el señor Norambuena que en 20 años como diputado, solo aparece en épocas de campaña por la provincia, ambos guardan un silencio estremecedor cuando suceden hechos de esta índole.
En Lebu se ubica la gobernación provincial y a sus afueras se encuentras los otros 2 de los 4 cañones que fueron hechos por Johannes Espinoza en 1772, por orden del virrey del Perú, el marte y el rayo, los otros 2 cañones, el relámpago y él furioso, se encuentran en la moneda, a pesar del peso histórico de esos cañones, y de muchas otras instalaciones de la provincia, a las autoridades parece no interesarle lo suficiente la zona, como para intentar cuidarla, ya que en Lebu ocurrieron atentados terroristas, durante esta semana y las autoridades además de condenar los hechos no hacen mucho por tratar de solucionarlos, ni evitar que estos sucedan, se preocupan más de cobrar su sueldo a fin de mes, que de hacer su trabajo y el trabajo fundamental del estado, establecer el monopolio de la violencia, el cual se perdió hace mucho en la provincia, pero como los diputados y senadores no viven ahí no lo saben y aun, erradamente, creen que es el estado el que manda en la zona.
Los atentados que ocurren solo vuelven a manifestar lo que es un secreto a voces en la zona, si tú eres pobre y no tienes nexos con el poder, ya sea político o económico, no le importas al estado y si te sucede algo, serás recordado como un número más, en las estadísticas sobre los sucesos de violencia. Ya ha pasado un año desde el asesinato de Moisés Orellana en Cañete y aun no se tiene culpable por ese delito.
El actual presidente, que hace aproximadamente un año estaba paseando por la zona, aprovechando de recitar poemas de Violeta Parra, parece no recordar que, en su primer gobierno, cuando devolvió terrenos a las comunidades mapuches de Temulemu en la comuna de Traiguén, los hechos de violencia en esa zona se redujeron a prácticamente cero, así debió actuar el gobierno en su periodo de 4 años, pero esperar algo de este y su clase política, es hablarle al vacío y simplemente perder saliva. Esperemos que los próximos diputados, senadores y presidente, tengan la voluntad y las ganas de cuidar a las personas de esta zona, a esos chilenos que siempre terminan siendo olvidados por sus representantes.
Felipe Mora, es de Enfermería de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Consejero Territorial de su crrera, un cargo de representación estudiantil.
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