El 11 de marzo de 2018 asumirá por segunda vez como Presidente de la República Sebastián Piñera y al igual que en su mandato anterior, el panorama no es nada alentador, pues el legado del que tanto habla hoy el oficialismo es simplemente una ilusión, un gobierno despilfarrador, bueno para improvisar, carente de oficio político y por cierto huérfano de todo tipo de liderazgo, eso es el sello del segundo mandato de la Presidenta Bachelet; más allá de la opinión que se puede tener de este gobierno, se dejaron temas importantes o sin resolver o bastante mal resueltos, tales como previsión social, salud, vivienda, regionalización, tecnología, pero sin lugar a dudas fue la educación la gran víctima de un gobierno ciego y sordo, que tendrá un desafío aparte con la desmunicipalización.
Hace unos días se publicaron los puntajes de la tan odiada y famosa PSU, que arrojó los resultados de siempre, bajando los puntajes nacionales en comparación con años anteriores, mostrando en su máximo esplendor la brecha entre colegios públicos y particulares, la diferencia entre sectores socioeconómicos, pero si hace un par de años las matemáticas estaban en crisis, esta PSU 2017 nos mostró una involución de Lenguaje, cayendo los puntajes nacionales en esta prueba y reflejando un descenso en el promedio total. ¿Pero qué se hizo para mejorar esta problemática, que viene hace años mostrándose una y otra vez en la Prueba de selección universitaria?
No se ha hecho nada, solo se empeoró, con la famosa reforma educacional se elimanaron los colegios partículares subvencionados (aún en proceso) quedando solo los opuestos naturales o el colegio es público o privado, pero razonen conmigo, ¿Por qué eliminar los colegios que tenían mejores promedios de puntajes y mejor rendimiento que los públicos? ¿Por qué reducir la libertad de los padres de elegir el proyecto educativo que mejor le parezca? ¿Por qué no impulsaron reformas estructurales en los ejes programáticos de los colegios públicos? ¿Por qué disolver la solución y dejar el problema? Simplemente por una absurda y ciega ideología.
Una ideología que aborrece la competencia y la selección, argumentando que es segregadora, pero si tanto odian la selección, ¿Por qué no eliminan el instrumento más segregador, clasista y discriminador que existe en el sistema educacional chileno? : la PSU, ¿raro verdad? La selección es negativa dependiendo del enfoque que las políticas públicas le den, pero la competencia sana, el plantear desafíos educacionales, impulsar a los jóvenes a crear, a plantear una visión crítica de las cosas, no puede ser malo.
De la misma forma no es diabólico que los colegios tengan prueba de selección, ¿si las universidades las tienen por qué ellos no? El problemaes otro, el tema es que "pusieron los bueyes antes de la carreta" claro si el problema en la educación está en los primeros niveles, en el prekinder y kinder, en la educación básica, ahí está la desigualdad, ahí se construye la base educativa de los jóvenes, como una vez escuché en un seminario del tema "La universidad no puede arreglar 13 años de mala educación".
Es cruel, porque los perjudicados no son los hijos de los que legislan, es la clase media y los más vulnerables, porque la "élite" tiene para pagar 100 mil pesos mensuales o más por la educación de su hijo, pero y los demás? qué pasó y qué pasará con los padres que pagaban 20 o 30 mil pesos de mensualidad, porque ellos querían, porque buscaban la mejor educación para sus hijos y ahora obligatoriamente deberán ir a un colegio público? , donde generalmente la educación es de menor calidad, esa inconciencia legislativa es lo que verdaderamente segrega.
Hace falta un análisis profundo del tipo de educación que queremos, revisar los ejes programáticos, fomentar la libertad de proyectos educativos, cambiar la lógica de tratar de "embutirle" al alumno la mayor cantidad de materia posible cuando lo que se necesita es entregarle las herramientas necesarias para que desarrolle un pensamiento crítico, con opinión fundada, que sea capaz de proponer una solución a una problemática, cuando sepamos cuál es la educación que queremos hay que ver cómo llegaremos a esa meta, pero por ahora no se ve ni siquiera, ni siquiera alguna intención de cambiar algo, simplemente porque a la elite le acomoda el status quo.