El pasado lunes 8 de octubre quedará en la memoria del equipo de “Volviendo a Mis Raíces” y del Liceo José de la Cruz Miranda Correa de Cañete, porque con una jornada matutina y a través de su sección “Testimonios” celebraron cuatro años de existencia, cuatro años de un proyecto que han realizado con mucho esfuerzo, pero sobre todo con mucho cariño. En esta ocasión se trabajó con los 3°A y 3°B, en charlas que bordearon la hora de extensión en cada curso, donde se abordaron las principales problemáticas de estudiar fuera de casa, en una ciudad ajena, las dificultades de la educación superior, tanto académicas como extracadémicas y las consecuencias personales producto del esfuerzo hecho por la familia y por el propio estudiante en la aventura educativa.
Actividades que fueron realizadas como siempre por un miembro del equipo estable del proyecto y por un invitado, invitado que en esta ocasión fue Israel Saravia, estudiante de Ingeniería en Construcción en Inacap Concepción, que egresó el 2016 del Liceo B-56. Israel se enfocó en su experiencia educativa en la capital del Bío Bío, relatando sus mayores desafíos académicos y personales, deleitando a la audiencia con anécdotas junto a sus compañeros de carrera, empleando una narrativa que se ha transformado en el sello distintivo del proyecto y a la cual se adaptó en pocos minutos, pese a ser la primera vez que colabora con “VMR”.
Asimismo centró su exposición en aconsejar a los alumnos sobre las consecuencias de los aspectos negativos que provocan los vicios presentes en la educación superior, como la droga y el alcohol, relatando con mucho pesar experiencias de cercanos que no tuvieron la fortaleza para decir “no” y que finalmente terminaron por abandonar la institución educacional por no saber escoger entre una juerga y su futuro; momentos de profunda reflexión, que son sin duda un gran aporte para las próximas generaciones y que fue contrastado con la realidad santiaguina por José Alvial, Director Ejecutivo de “VMR” y que estudió en la capital del país, quien enfatizó el mensaje de perseverancia, esfuerzo y humildad en relación a los conocimientos obtenidos en la Universidad con nuestros pares.
Pero no todo fue Charlas, al finalizar cada una de ellas se hicieron actividades prácticas en cada curso, con el Tercero B se hizo una actividad denominada “el lazo de la vida”, la cual consiste en que el profesor, como núcleo de la clase, junto a los alumnos se toman de la manos para posteriormente enrollarse, quedando todos entrelazados, momento en el que se les invitó a gritar el nombre del profesor y luego el del curso, en señal de confianza, respeto y admiración por cada uno de los miembros de su pequeña comunidad, una instancia que busca trabajar la comunicación, ya que al terminar deben desenrollarse sin soltarse de las manos, escuchando a sus compañeros y valorar el aporte que cada uno de ellos hace al curso.
En el caso del Tercero A, la actividad fue el “Avión en apuros”, una instancia que busca trabajar la capacidad de fundamentación de los participantes, fortaleciendo la oratoria y fortaleciendo el temple para hablar en público. La dinámica parte con el anuncio del Capitán del avión que comunica a los pasajeros una noticia extrema, debido a un problema con el peso del avión deberán tirar por la borda a un pasajero, indicando que la forma de elegir a ese “pobre pasajero" será después de cada uno de ellos invocando la importancia de su profesión argumente de tal manera que convenza a los demás pasajeros que merece permanecer en el avión. Ambas actividades que pese a ser simples, debido a su mensaje de fondo fueron muy bien recibidas por los alumnos, justamente por salir de lo común.
Una jornada enriquecedora que se sumó a la que se realizó en el primer semestre, en mayo, oportunidad en la que junto a Marlen Llempi, Fonoaudióloga de la Universidad Católica de Temuco, egresada del liceo el año 2011 y la invitada de aquella instancia, se llevaron a cabo exitosas charlas a los Cuartos medios, del A al E. En esa ocasión la extrapolación de experiencias se hizo con la capital de la Araucanía, Marlen narró a los alumnos toda la historia de su dubitativo camino para elegir la carrera de la cual ya es titulada y que actualmente se encuentra cursando un Diplomado, para seguir perfeccionándose.
Con ambas jornadas se celebraron 4 años de “Volviendo a Mis Raíces”, un proyecto que busca motivar a los jóvenes a través de diferentes instancias de conversación, diálogo, de compartir experiencias, desde una plataforma distinta, de par a par, de jóvenes que han soñado para jóvenes que recién comienzan a soñar, un trabajo necesario y muy lindo de hacer, que algunos podrían decir que resulta ser una gota en el mar, pero que para el equipo detrás del proyecto puede que sí, en alguna medida resulte ser una gota, pero una fundamental para que el mar siga creciendo y cobijando tantos sueños como sea posible.
Se trabaja en base a tres plataformas: “Testimonios”, el Taller de Liderazgo y “Un minuto para reflexionar” a través de las cuales se busca cultivar la idea que la única meta de estos jóvenes sea el nunca dejar de creer en ellos mismos, que sin sacrificio no hay recompensa, que el éxito no está en lo material ni en el dinero, que el significado del verdadero éxito está en alcanzar sus sueños.
Vale la pena recalcar que en estos cuatro años se han llevado a cabo más de 20 charlas, se ha contado con la participación de 10 expositores invitados y todo para un público que supera los 1300 alumnos, datos importantes si se considera que solo se hacen dos actividades por año.
Como siempre se agradece a la Dirección del Liceo B-56 por su disposición de trabajar mano a mano con los jóvenes, por su gentileza al recibir al equipo del proyecto en cada una de las actividades y por creer en “Volviendo a Mis Raíces: Relatos que Inspiran”.
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