Quizás la crítica que nos envía Pedro Barrueto le sirva a los "responsables" del Turismo de nuestra región, para que vean esta actividad desde otro punto de vista, la del turista mismo y no desde una muy limitada visión que por años no ha permitido un verdadero avance en este ámbito, es a los visitantes a quienes les debe gustar lo que se le ofrece y no lo que se les ocurre a quienes creen saber de turismo y no hacen más que vender la pomada de vocación turística "mirándose el ombligo".
Si puedes mirar, ve; si puedes ver, critica.
(Libro de los consejos)
Mi hijo Pedro Esteban Barrueto y yo el miércoles 28/01/15, por la mañana, dejamos Cañete rumbo a la Piedra del Águila, en un modesto auto KIA Morning 1.1.
La Piedra del Águila es un mirador que está, aproximadamente, a 1.500 m de altura en el Parque Nacional de Nahuelbuta y como todo parque, además del aspecto turístico, tiene importancia para conservación de la biodiversidad operando como banco de germoplasma in situ, evitando la depredación y la erosión de la flora y fauna autóctona, provocada por el hombre.
Esta idea es estratégica, porque necesitamos proteger los genes que esas plantas guardan, para futuros trabajos de biotecnología, y así, no sean dañados o eliminados con perjuicio de las futuras generaciones.
Por lo tanto, debemos defender un equilibrio entre los objetivos sociales, ecológicos y económicos e insistir sobre esto, frente aquellos que tienen la gobernanza del estado, para implementar con más rigor el desarrollo sostenible, llamado también de “economía verde”.
Desconozco si CONAF u otra institución, hacen monitoreo periódicos sobre esta biodiversidad, sus enfermedades, plagas y microflora del suelo, esta última, constituida por un ejércitos de bacterias y microorganismos que reciclan el suelo con potencial farmacológico, agronómico o biológico si debidamente investigado.
Cuando salimos de Cañete, la mañana estaba soleada y la carretera hasta Cayucupil en perfectas condiciones de pavimentación, solo que, algo estrecha como todos los caminos vecinales, o sea, si un camión maderero, va al frente en la pista, hay que tener calma y sagacidad para poder adelantarlo.
Allá en Cayucupil, doblamos a la izquierda y nos adentramos por la ruta que conduce a la Piedra del Águila. Al inicio de la ruta estaba señalado que la distancia desde ese punto hasta arriba era, si no recuerdo mal, 47 Km.
El panorama de subida es precioso, los árboles en las márgenes del camino proporcionan una sombra espectacular, pena que a veces en la ida, estos impiden la vista lateral derecha hacia el horizonte que conforman montañas y valles a lo lejos.
Y el camino ¿estaba bueno o malo?
En mi concepto malo. La mayor parte con ripio, pedregullos y calamina, aunque en general, sin hoyos. Durante la ida como en la vuelta, las piedras del camino van golpeando sin piedad la parte inferior del auto y el polvo que va quedando atrás no es jugarreta, especialmente si es una parte del camino donde el que viene atrás de tu auto, no puede adelantar.
La señalización es deficiente, pocas placas en el camino, y además, no indican a cuantos kms uno se encuentra de la Piedra del Águila, parece una información secundaria pero no lo es, debido a que la ascensión es demorada (en nuestro caso aproximadamente 2,0 h) en función de la prudencia con que había que manejar, y las paradas periódicas para contemplar el paisaje, como por ejemplo, apreciar los “lirios del campo” o astromelias, Foto 1.
Por otro lado, si por acaso una emergencia de una pana en el medio del camino, que Dios nos acuda, porque todo eso es una completa soledad.
Finalmente llegamos al lugar, como a las 12 hs. Dejamos nuestro auto en un estacionamiento junto a unos 10 otros que habían llegado antes, pero la ansiedad todavía no para, porque es necesario caminar todavía, aproximadamente unos 500 metros, Foto 2.
En esta caminada, da para ver el festival de araucarias y apreciar la altura portentosa de sus troncos. Me llamó la atención la gran cantidad, mejor dicho exuberancia, de “barbas de viejo” ( un tipo de liquen) que salpicaban los troncos y el follaje de las araucarias gigantes, Foto 3, pero no de los coihues o robles (Nothofagus dombeyi).
Es una constatación botánica interesante, pero desconozco la explicación científica de esa fuerte asociación, talvez, esté asociado a la alta humedad del aire provocada por la continua neblina durante el año.
Otro dato interesante, es que estos líquenes son indicadores de una atmosfera limpia libre de poluentes, todo lo cual, constituye un punto positivo para ese lugar ecoturístico.
Por fin, llegamos al lugar exacto de la Piedra del Águila. El tamaño de las rocas, Foto 4, que están como mirantes es gigantesco. Impresiona ver por un lado la cordillera de los andes y algunos de sus volcanes ( Villarrica & Antuco?) y por otro, en línea recta, el mar, pero, si Antiquina, Quidico o Tirúa no sé.
Eran las 12 del día, cuando llegamos allí, habiendo unas 50 personas en el mirador, valientes como nosotros en la odisea. Todos extasiados por el lugar y tomando fotos sin parar.
Otra cosa que llamó la atención de mi curiosidad, fueron las huellas sobre la superficie de las inmensas rocas. Ahí, eché a volar mi imaginación y las asocié a posibles dinosaurios, pisadas de ese tamaño no podrían ser de otros animales. Siendo así, estaríamos hablando de unos 60 millones de años para atrás. Tal seria la cronología de la Piedra del Águila, y siendo así, el nombre más adecuado podría ser “La Piedra de los Dinosaurios”.
Como hijo de la región, me sentí plenamente realizado haber conocido ese lugar, porque oigo hablar desde mi adolescencia sobre la Piedra del Águila, de modo que, el haber superado esa frustración me deja feliz y más ciudadano de la región.
Es un hecho que la Piedra del Águila es un lugar turístico, a pesar de la precariedades del acceso. Pero, la fama y la propagada del lugar no dice relación con las precarias providencias tomadas por el sector público, Ministerio de Obras Públicas, Seremi etc., en lo tocante a una mejor carretera de acceso. Estamos hablando de aproximadamente de 50 km de pavimento o asfalto lo que no es ninguna cosa del otro mundo en un presupuesto nacional.
Aprovecho la oportunidad para destacar la excelente “performance” de nuestro pequeño auto KIA Morning, que aguantó firme los remezones y las precariedades del camino para llevarnos y traernos sin ninguna pana.
Si el estado no cuenta con recursos, busque socios en la iniciativa privada, para sacar adelante la obra, lo peor es la inercia y el cruzarse de brazos.
Así, los turistas en Cañete, tendrían mas opciones de placer y no quedar circunscritos apenas al lago Lanalhue y borde costero, todavía turísticamente insuficientemente implementado.
El Turismo bien dirigido y regulado, en cualquier lugar, es una buena fuente de empleos y de activación económica, por lo tanto, una alternativa posible para corregir la odiosa desigualdad social y regional, existente en nuestra patria.
Srs. autoridades locales de Cañete y Angol, ONG y movimientos ciudadanos, vamos mejorar el turismo de la Piedra del Águila y así, crear mejores opciones de recreación en la región y ecocomunas y no vender la pomada de vocación turística, con escenarios deficientes en infraestructura como el descritos anteriormente.
De cualquier manera, dejo aquí mi critica como una contribución al “Ecoturismo Nahuelbutano”.
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***