El fútbol femenino en Chile ha crecido significativamente en la última década, reflejando avances deportivos, sociales y culturales. La Ley 21.436 de 2022, que impulsa su profesionalización progresiva, ha sido clave para este desarrollo. A pesar de ello, aún existen desafíos estructurales. Además, su expansión empieza a influir en las apuestas deportivas, generando nuevas oportunidades y retos en visibilidad y regulación.
En este artículo, exploraremos la situación actual de este deporte, los principales obstáculos que enfrenta, y cómo su crecimiento impacta en el sector de las predicciones.
La profesionalización: un avance histórico
Históricamente, el fútbol femenino en Chile estuvo marcado por la informalidad y la falta de apoyo institucional. Hasta hace poco, las jugadoras enfrentaban múltiples barreras, como la carencia de contratos profesionales, escasa infraestructura y nula cobertura mediática. Esto comenzó a cambiar con la aprobación de la Ley 21.436 en enero de 2022, que obliga a los clubes profesionales masculinos con equipo femeninos a contratar progresivamente a sus jugadoras, con un plazo para llegar al 100% de profesionalización para 2027.
Este cambio legal ha tenido un impacto visible. En 2021, apenas unas 40 futbolistas en Chile contaban con contrato profesional; para 2024, esa cifra aumentó a 521. Clubes como Colo-Colo, Universidad de Chile y Unión Española ya han logrado que todo su plantel de mujeres tenga contrato profesional, un paso fundamental para mejorar las condiciones laborales y deportivas de las jugadoras.
El profesionalismo no solo implica un contrato, sino también mejores entrenamientos, mayor estabilidad económica y acceso a competencias de alto nivel. Esta base permite a las futbolistas enfocarse exclusivamente en su carrera deportiva, lo que aumenta la calidad del juego y la competitividad del mismo a nivel nacional.
No todo es color de rosas: desafíos aún por superar
A pesar de estos avances, el fútbol femenino chileno enfrenta problemas estructurales significativos. Según encuestas recientes, más del 60% de las jugadoras consideran que la infraestructura para sus entrenamientos es insuficiente o de calidad baja. Muchas deben entrenar en canchas con condiciones que no cumplen con los estándares mínimos para un deporte profesional.
Otro problema crucial es la dedicación exclusiva al fútbol. Solo el 19% de las futbolistas puede vivir únicamente del deporte; el resto debe combinarlo con otros trabajos o estudios para subsistir. Esto afecta la preparación física, mental y el rendimiento en competencias.
La brecha salarial también persiste. Los salarios en este ámbito, aunque han mejorado, siguen siendo considerablemente inferiores a los del fútbol masculino. Esta desigualdad refleja la menor inversión, la falta de patrocinios sólidos y la escasa visibilidad que tienen los partidos de mujeres en televisión y medios masivos.
La importancia de la visibilidad mediática
Uno de los mayores obstáculos para el desarrollo del fútbol femenino es la falta de cobertura mediática. Pocos partidos son transmitidos por televisión abierta o plataformas digitales, lo que limita la exposición de las jugadoras y la captación de nuevos fans. La ausencia de público en los estadios también reduce el atractivo comercial para patrocinadores y anunciantes.
Esta falta de visibilidad crea un círculo vicioso: sin audiencia, hay pocos ingresos por derechos de televisión y patrocinio, lo que impide que los clubes inviertan más en sus planteles femeninos. Por eso, aumentar la difusión y promoción es clave para consolidar el crecimiento.
Entre pelotas... y predicciones
El crecimiento del fútbol profesional de mujeres no ha pasado desapercibido en el mundo de las apuestas futbol chile. Tradicionalmente, este mercado estaba dominado por eventos masculinos, pero la inclusión del mismo ha diversificado la oferta y atraído a nuevos apostadores.
Los operadores han comenzado a incluir partidos femeninos en sus plataformas, permitiendo apostar en ligas nacionales, competencias internacionales y rendimiento de jugadoras. Este fenómeno tiene varias implicancias:
- Mayor interés y tráfico: esta incorporación genera mayor tráfico en las plataformas de apuestas, pues atrae a aficionados interesados en deportes que antes eran marginales en este ámbito.
- Diversificación de mercados: los operadores pueden ofrecer una gama más amplia de opciones, desde jugadas simples sobre resultados hasta mercados más específicos como quién marcará el próximo gol o el desempeño individual.
- Patrocinios y colaboraciones: algunas plataformas han comenzado a patrocinar equipos y eventos de mujeres, lo que aporta recursos económicos y aumenta la visibilidad del deporte.
Sin embargo, existen limitaciones. La baja transmisión y seguimiento de los partidos femeninos reduce la información disponible para los apostadores, lo que puede afectar la precisión de las cuotas y la confianza del público. Además, la falta de estadísticas detalladas y la menor frecuencia de encuentros hacen que el mercado sea menos atractivo para apostadores profesionales.
¿A dónde hay que poner el ojo?
Para que el fútbol femenino chileno siga creciendo y tenga un impacto positivo en las apuestas deportivas y en la industria del deporte en general, se deben abordar varios puntos:
- Mejorar la infraestructura: invertir en canchas, equipamiento y recursos para que las jugadoras puedan entrenar en condiciones óptimas.
- Aumentar la visibilidad: promover la transmisión de partidos en medios tradicionales y digitales, además de impulsar campañas de marketing que posicionen a las futbolistas como referentes.
- Cerrar la brecha salarial: avanzar hacia una remuneración justa que permita a las futbolistas dedicarse plenamente al deporte.
- Regulación y educación en apuestas: promover el juego responsable y mejorar la oferta informativa para que las predicciones en este deporte sean justas y atractivas.
Conclusión
El fútbol femenino en Chile está en plena transformación gracias a la Ley 21.436, que ha mejorado las condiciones de las jugadoras. Aun así, faltan infraestructura, igualdad salarial y mayor visibilidad. El interés en este deporte también crece en las apuestas deportivas, abriendo nuevas oportunidades, pero requiere mejor cobertura e información para ser sostenible.
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