Mentid, mentid, mentid..que al final algo queda. ¿Por qué las Iglesias cristianas se apegan al empresario y el poder político y no al trabajador, al campesino o al perseguido? ¿Por qué la injusticia reina con la complicidad, la colusión y la indulgencia?
¿Acaso Cristo no los expulsa del Templo? ¿Acaso Cristo no predicó el amor al prójimo, especialmente a los desamparados?
Hoy son los grandes empresarios, coludidos con el poder político y las congregaciones religiosas los que mueven y deciden las políticas públicas de nuestro país. Y es que han conjugado interesadamente el verbo. Hoy ese empresario quiere creer que la generación de riqueza de su empresa, se debe exclusivamente a la voluntad de Dios y su misión en la tierra es la Caridad vergonzosa que se asocia a la limosna. ¿Es que nada le deben a ese vilipendiado Estado?
¿Qué habría sido de la CMPC o de las Instituciones Bancarias sin el rescate del Estado? Le deben no solo las leyes y el orden en las calles, también sus carreteras, sus ferrocarriles, muelles y aeropuertos donde mueven sus mercaderías, sin mencionar el esfuerzo no siempre valorado de sus trabajadores. Creen que el pago de sus impuestos es una dádiva para los pobres, sin embargo hoy, lograron dirigir el destino de esos impuestos a sus propios colegios y universidades, donde la “Libertad” no da acceso a los pobres. El objetivo, es que “sus” impuestos, beneficien directamente a los suyos y, de ese modo controlen la sociedad a través del poder político y religiosos.
Mucho tiempo se ha combatido la colusión entre la Iglesia Católica y el Poder Político de nuestra sociedad. El Estado Laico se transformó en un escenario de “Libertad” para que la lglesia Católica desarrollara el negocio de la Educación, vendiendo sus votos o utilizando la práctica del cohecho electoral. Las Iglesias Evangélicas aprendieron de ello, he sido testigo de su habilidad para adquirir terrenos fiscales y levantar sus Templos financiados por el Estado, a cambio del voto para los Alcaldes de turno.
Ya poco queda de esas instituciones que representaban un referente ético para la sociedad. En la práctica se ha validado la corrupción a todo nivel y, el modelo encontró un chivo expiatorio para frenar la vía más rápida de un cambio positivo, “los políticos”. Los pitutos, la venta del puesto en la fila, el pasar colao y no pagar, la coima y otros, que practican a diario parte importante de nuestros ciudadanos, representan el diario vivir de quienes han sido formados solo para ser funcionales al mercado, de las enseñanzas de Cristo ni hablar. La Filosofía, la Etica y la Historia, dejaron de ser la base de enseñanza y lo más fácil, es culpar “al político”. No digo que en un porcentaje importante de nuestros días, existan personajes meritorios de ello, pero no son más que un fiel reflejo de una parte igualmente importante de sus electores.
Nuestras fuerzas armadas y de orden, se embarraron del poder político en dictadura, transformándose en un verdadero “estanco” de intereses de la “familia militar”. Al respecto, destaco a una mujer valiente que escribió acerca de la formación de nuestros institutos castrenses y carabineros, señalando que solo la Policía de Investigaciones limpió su institución de la lacra corrupta del Pinochetismo entre sus filas. Es la sociedad chilena, el Estado de Chile quien les entrega la tenencia y el uso de las armas para la defensa del bien común. Pero al igual que el empresario inescrupuloso, utilizan sus instituciones para el beneficio de la llamada “familia militar”.
Somos una sociedad enferma, que mayoritariamente se describe como “cristiana” para defender sus intereses corporativos, un slogan que hay que revertir como fuente originaria de valores trascendentes para sanar la enfermedad. En cambio, miren como nos hablan de “Libertad”, en una sociedad llena de desigualdad, segregación e inequidad, donde la personalidad más atractiva es la “del vivaracho” nadando en los mares corruptos de esta institucionalidad.
*** SIN COMENTARIOS INGRESADOS***