Hoy somos cambio, nada se detiene, debemos adaptarnos y modificar nuestro sistema operativo. El modelo nos tienta a no pensar, a consumir más de lo que necesitamos, mientras el futuro corroe el presente.
¿Cuál es el hombre de la nueva era, cuál es el perfil de subsistencia?
Lo primero, cuestionar todo aquello que dábamos por cierto, paradigmas asociados a una sola divinidad, con un super hombre como sheriff a cargo de un planeta, otorgado como dádiva a nuestra especie, para pastores y rebaños de seres humanos, como una cantera inagotable de productividad, lo que ha sido la base filosófica de la política económica occidental durante más de dos siglos.
Yo creo que la necesidad de definirnos y entendernos, ha pasado de la observación y curiosidad humana sobre la naturaleza, con representaciones religiosas adecuadas a cada necesidad, a una suerte de explicaciones fáciles, que nos simplifican más la vida, pero cuyos costos son peligrosos y crecientes.
“Somos hijos de Dios”, ¿De cuál Dios?. Todos han sido creados por la cultura humana, pero el monoteísmo nos vino a simplificar la vida, un solo Dios para occidente a quien temer y, una sola organización que administre sus intereses en la tierra. Es más fácil explicar el movimiento aparente del sol respecto a la tierra, que explicar la realidad, los movimientos de la tierra alrededor del Sol.
Las consecuencias nos oprimen, nos equivocamos respecto a la naturaleza y hoy, cuando esta ha dejado de existir en cuánto a su pureza, nos enteramos que somos parte de un mundo diferente, que nos adueñamos de los espacios y las especies en función de nuestros intereses de conquista y depredación y que hoy, sabemos que dependemos mucho para sobrevivir, de los recursos y las especies que hemos agotado.
El problema entonces, es que el simple cambio de hábitos más sustentables, ya no es suficiente, se requiere una respuesta de política global. Nos encontramos en un dilema, donde es más fácil para la clase política esconder la cabeza bajo el suelo, por conveniencia o por ignorancia.
Hay que aprehender de la nueva era (antropoceno) y adaptarse a nuevos paradigmas que nos permitan sobrevivir como especie, entre ellos, discutir desde ya un nuevo modelo democrático. Los derechos y garantías individuales deberán ceder el paso a más obligaciones; Los valores y principios que regulen nuestra relación con el medio, deberán variar su escala favoreciendo garantías sociales por sobre los intereses personales; El derecho internacional, cobrará más importancia en las legislaciones locales y, las Instituciones Nacionales, irán perdiendo reconocimiento, en la medida que no sean capaces de solucionar las nuevas problemáticas y sus contradicciones derivadas, lo que revalorizará las instituciones intermedias y locales de nuestra sociedad, por último, nuestras ciudades irán perdiendo sustentabilidad, revalorizándose la vida rural con sus alternativas energéticas no convencionales; Las nuevas bases del pensamiento, variarán desde la superespecialización, al conocimiento integrado, holístico, de ahí que la solución no pase solo por especialistas ecológicos, sino, por pensamientos inclusivos que valoren todas nuestras acciones considerando la biodiversidad existente, nuevas prioridades y sus equilibrios necesarios. Por tanto, la urgencia es de "Políticos Ambientales" que enfrenten estos nuevos desafíos y sepan leer el cambio climático…y la ausencia de ellos, es la peor sequía que viviremos.
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